Desobediencia nacional

Sobre la rebeldía de un grupo de promotores de colegios de Junín

Un grupo de propietarios de colegios privados en Junín se opone a una directiva nacional emitida por el Ministerio de Educación, dirigida a 14 regiones del país, que dispone cerrar las labores escolares el 30 de Noviembre próximo. Argumentan que perderán un mes de pensiones, que tienen contratos firmados con los maestros hasta fin de año y que no se completaría los contenidos de los cursos. Han dicho incluso que harían ir a sus alumnos sin uniforme para sacarle la vuelta a la orden nacional. Es decir; quien debe dar el mejor ejemplo de obediencia, desacata; quien debe actuar a la luz del sentido común, busca artimañas; quien debe enseñar con el ejemplo, es el primero en destruir los modelos que se quieren construir. Hay más. Acuden al Indecopi y al Ministerio de Trabajo para, por medio de leguleyadas, impedir que las clases culminen una semana después del 30 Noviembre, como ya acordó la Dirección de Educación de Junín con otros colegios y padres de familia.

La noticia importa para quienes creemos que la obediencia es requisito importante para el desarrollo social. La desobediencia, ya sabemos, es una constante nacional. Hacer lo que nos da la gana es romper ese contrato social que acomoda los deberes y derechos para hacer de la convivencia una relación en armonía. La inconducta de la desobediencia es grave si la hace pública quien debe promover en los jóvenes y niños el orden, la disciplina, el respeto y el acato, ahora que necesitamos valores para mejorar la calidad de la población. Devoción y lealtad son las virtudes que hacen de Japón un país excepcional, ambas cualidades con enormes contenidos de obediencia individual y colectiva.   

La prevención no es característica nacional, menos asumir las consecuencias de las irresponsabilidades. Negar los compromisos es una constante después de las desgracias y de los nefastos resultados que dejan las decisiones equivocadas. Yo no fui, fue teté. El gran bonetón que caló en la conciencia nacional.  

No sabemos con exactitud qué daños causará el Fenómeno del Niño. Sólo sabemos que, como consecuencia del gran calor ocasionado por el sol, una gran masa de agua del Pacífico se está evaporando. Esas nubes alcanzarían territorio nacional entre Diciembre, Enero y Febrero próximo, que al enfriarse provocarían lluvias torrenciales que podrían destruir carreteras y ocasionar huaycos e inundaciones como ya sucedió en otros lugares del planeta. Si eso no entienden los dueños de esos colegios privados estamos mal. Si creen que las ganancias económicas son la única razón de sus negocios, se equivocan de actividad empresarial, como se equivocan tantos “emprendedores” que no se legitiman en un sociedad desesperada por tanta hambre y enfermedad, que no conocen de responsabilidad social, atrapados en provincianismos mentales,

El universo grande y pequeño obedece a leyes naturales que ordenan su desenvolvimiento. Si uno escapa de la cadena que lo ata a otros, el resultado sería desorden y oscuridad. No habría nada, sólo desconcierto y caos.

La obediencia es un valor superior practicado cuando orden y liderazgos claros se confrontan a la luz de los acontecimientos. No entender el espíritu desobediente de la población, es también desobedecer las señales de la realidad vivita y coleando, con mayor vitalidad que cualquier elucubración bien pensada y organizada que hace caso omiso a ordenanzas para prevenir catástrofes o para promover legislaciones que se sabe serán burladas.

Por: Manuel Gago