Guillermo Vidalón

Agricultura en el valle de Tambo

Agricultura en el valle de Tambo
Guillermo Vidalón
24 de agosto del 2016

Es posible alcanzar su fortalecimiento en el corto plazo

Es sabido que recientemente un grupo de pobladores del valle de Tambo se reunió con algunas autoridades nacionales para expresarles su preocupación acerca de los problemas de la agricultura y del abastecimiento de agua. Señalaron que quieren vivir en paz, que se solucionen los problemas de la agricultura local y que se cancele cualquier otra actividad económica en los alrededores. Asimismo, manifestaron que buscaban el desarrollo, pero a través de las actividades agrícolas, y que el río Tambo no contaba con suficiente volumen de caudal ecológico. No obstante, en la actualidad para el cultivo del arroz se emplea el riego por inundación, lo que termina por salinizar los campos.

La solución que proponen es la construcción de una represa. ¿Quién debe proveer los fondos? Manifiestan que el Estado. ¿Se habrán preguntado cómo es que el Estado se financia? Los recursos de que dispone el Estado no son ilimitados y corresponden a los montos recaudados procedentes de quienes tributan. ¿Es importante la represa? Sí, pero también es relevante que se haga un uso adecuado del recurso hídrico. No es deseable una agricultura empobrecida; todo lo contrario, el valle, la región y el país requieren de una agricultura moderna, eficiente, competitiva y que esté atenta a los mercados de demanda local e internacional, porque es la única forma de lograr ventajas y conseguir el denominado “desarrollo sostenible”.

¿Qué se puede hacer en el valle de Tambo? Emplear nuevas técnicas para incrementar la producción de arroz —el principal cultivo del valle—, así como de los otros cultivos que se producen en él. En el caso del arroz, desde el 2008, el Banco Mundial (BM) promueve la implementación del Sistema Intensivo del Cultivo del Arroz, conocido como SICA. ¿En qué consiste el SICA? En el empleo de 10% de semilla, de un tercio o menos del volumen de agua usado en la actualidad y un cambio progresivo en los hábitos de cultivo del agricultor.

Con menos agua se logra un mayor desarrollo de las raíces de la planta del arroz y, por consiguiente un mayor número de macollos (brotes secundarios de una planta), más fuertes, de mayor tamaño y, consecuentemente, un mayor número de espigas. Lo que anuncia un mayor número de granos. En resumen, mayor productividad.

¿Cuáles son las ventajas de que haya mayor productividad en el valle? Que el agricultor contará con un mayor volumen a comercializar y con menores costos de producción, lo que le permitirá disponer de una rentabilidad mayor que en la actualidad.

¿Qué impactos sociales se lograrán? Generación de un ahorro local que sirva para apalancar un crédito suficiente como para implementar el sistema por goteo, tal como se hace en Majes. La mayor producción de arroz dinamizará la economía local, porque se requerirá alquilar más maquinaria, emplear más los servicios de pilado, el transporte del arroz cáscara y el grano, etc. Asimismo, al liberarse un mayor volumen de agua, se podrá irrigar otros campos y los agricultores locales podrían acceder a nuevas tierras.

¿Es posible alcanzar el fortalecimiento del valle en el corto plazo? Sí, sin exclusiones, sin confrontaciones y con vocación de hallar soluciones antes de volcarse hacia la violencia. Debemos estar convencidos de que quienes actúan con vocación de servicio proyectarán un futuro mejor para todos y sabrán encontrar el camino adecuado en el más breve plazo.

Guillermo Vidalón del Pino

 

Guillermo Vidalón
24 de agosto del 2016

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