Manuel Gago

AFP: Idas y venidas

AFP: Idas y venidas
Manuel Gago
16 de noviembre del 2015

¿Por qué sistemas privados funcionan mejor en países desarrollados?

Perú es de idas y venidas, de adelantos y retrocesos, de ideas en las mañanas diferentes a las de las tardes, de acuerdo al humor de la población, de cómo presiona en función a su desconocimiento y su afán por construir un país en contra de sus verdaderos intereses futuros, que mira el primer mundo en la televisión y el cine sin imaginarse vivir en él. Un país inmediatista. Todo para hoy, nada para mañana. Escasos de modelos señalando lo conveniente, comparándose con los países vecinos que sufren las mismas calamidades por las desacertadas decisiones de sus políticos endebles.

 

Mi amigo Günter se jubiló en Canadá y recibía su pensión de la Unión (sindicato) alemana por haber trabajado en sus minas de uranio. Recibía además, de la Unión canadiense, su pensión como panadero. Ambos pagos convirtiéndolo en pequeño potentado viajando por el mundo en el otoño de su vida. Obrero codeándose con cualquiera de billeteras gordas.

Aquí, alentando facilismo y no esfuerzos. No se dice que NO somos un país ahorrativo, ni que el despilfarro es obsesión nacional. “La vida es hoy, no mañana”, decía el spot publicitario, alentando el gasto en desmedro del ahorro. Aquí se trabaja todo el año para pasar el cortamonte y la mayordomía del pueblo, la apoteosis de vida para muchos. No se inculca el ahorro como medio de riqueza y seguridad.

A la clase dirigente le falta coherencia. Por un lado, quienes quieren un país de suizos para una sociedad estancada en el siglo XVIII, apoyan la eliminación del voto preferencial para evitar, dicen, el desmadre político, quitándole al elector su libertad de escoger y, por otro lado; le dicen a los empleados que escojan libremente, si aportan o no a una AFP, que su decisión se debe respetar.

Friedman, Schumacher, Draker y otros de la misma talla describen la experiencia del primer mundo, de cajas de pensiones y sindicatos manejando el dinero de los jubilados. Y funcionan. A la vista el ejemplo de mi amigo. ¿Por qué no funcionaría en el Perú?

Aquí, el problema es la informalidad del 70% de la población. La cantidad de aportantes no es significativa. Cualquier negocio funciona mejor por el volumen de sus operaciones mejorando la rentabilidad. A más aportantes, menos comisiones, menos gastos por manejo, más dinero disponible para más inversiones y más rentabilidad para repartir mañana. Todos contentos.

No tiene sentido devolverles a los aportantes su fondo acumulado cuando se jubilen. La AFP no es un sistema de depósitos a plazos. Es un sistema de protección cuando no existan alientos para sobrevivir por esfuerzos propios. Tal vez alguno hará buen uso del dinero que se devolvería: El ansiado negocio propio a los 65 años. Una golondrina no hace verano. Aquí se gasta lo que no hay. El perro muerto es constante. La pachanga por cualquier cosa es ilusión diaria. No nos engañemos. Todo el ahorro de la vida acabaría diluyéndose en alcohol, comilonas y regetoneos sin medir las consecuencias.

El sistema puede mejorar aquí y allá. En todos lados existen mañosos que se aprovechan donde hay dinero. En todos lados los inversionistas concertando para apropiarse de dineros que nos les corresponden. Allí es donde debe haber concentración y concertación para evitar que ningún canalla se apropie ilegítimamente de los fondos de los abuelitos.

Por: Manuel Gago

Manuel Gago
16 de noviembre del 2015

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