2014 ¿El año más caluroso?

Cómo el alarmismo climático maneja la información sin rigor científico

Durante la poco productiva COP20 de diciembre, les comenté en un artículo que seguramente escucharían que el 2014 iba ser el año más caluroso de los últimos tiempos. Esta vez un periódico nacional, sin preocuparse mucho por el trabajo de investigación periodística, publicó la noticia difundida por la agencia internacional Reuter.

Esta noticia llega al buen momento ya que se necesita preparar las mentes para la COP21 (tal como se hizo mediante el fenómeno natural El Niño en otra ocasión), que será, dixit: “una de las mayores conferencias internacionales organizadas en territorio francés”. ¿La frase le suena conocida? Es que en el pequeño mundo del alarmismo climático el reciclaje es importante.

Obviamente si el “climastrologo” autor de la noticia no duda para vincular calentamiento, gases invernadero y culpa de la humanidad (¡arrepiéntanse!, prepárense a pagar sus indulgencias CO2), y tampoco brinda ni un dato sobre los instrumentos de medición o sobre el supuesto récord alcanzado.

Es extraño que la NASA, participe de esta afirmación. En efecto, debería saber que los satélites no brindan exactamente la misma información, tal como el RSS o el UAH que reportan cifras inapelables de promedio sobre 12 meses (means:12): varios años desde 1998 fueron más calurosos que 2014.

Pero siendo alarmista ambiental, ¿cómo hacer para seguir propagando alarmas cuando la misma Tierra se rehúsa obstinadamente a confirmar la teoría del calentamiento? Aparentemente la técnica consiste en tomar los datos de medición terrestre e indicar solamente que 2014 fue el año el más caluroso registrado en la Tierra. ¡Así de simple! El objetivo acá no es la exactitud sino el impacto que tendrá la información.

Bueno, si se diera crédito al anuncio de la NASA, ¿de cuántos grados sería 2014 el año más caluroso según los alarmistas? Bueno pues, de unos “tremendos” ¡0.01°C! Ya siento que el terror está agarrando a mis lectores.

Otra pregunta que se le hubiera podido ocurrir a un periodista haciendo su trabajo, en vez de copiar la noticia de una agencia es: ¿Cuál es el margen de error sobre la medición? Busqué un poquito y por ejemplo la figura 7 de este estudio deja entender que sería de más o menos 0.09°C, o sea ¡un error nueve veces superior al supuesto incremento!

Llegando a este punto no me resisto a dar mi punto de vista. Cuando alguien se encuentra arrinconado por usar un juego parcial de datos sin proveer los datos satelitales,y habla del año más caluroso en las condiciones que acabo de explicar (brecha y error), está reconociendo implícitamente lo que les dije hace meses: ¡no hay calentamiento global desde 18 años a pesar de nuestras emisiones de CO2!

Pero lo mejor está por venir.

Primero, las estaciones de medición de temperatura terrestre no son fiables y no fueron concebidas para la climatología sino para la meteorología. Dichas estaciones padecen, entre otros, del efecto de isla de calor urbano. En efecto, según una evaluación independiente, solo el 7.9% de dichas estaciones en USA (qué pensar de las estaciones situadas en países en vías de desarrollo) cumplen con los requisitos de la NOAA (“best” y “good”).

En segundo lugar, donde no existe estación de medición, basta inventar los datos faltantes. ¡Donde hay vergüenza, no hay placer!

Por ende, si el presente no quiere calentarse, basta enfriar el pasado y estirar un poco el presente hacia arriba, como se aprecia en esta página animada. No estamos lejos de la predicción orwelliana. ¡Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado!

El calentamiento global existe, es hecho a mano por algunos hombres.

 

Por Vincent Dumortier
(20 - Ene - 2015)