Sunedu: ¡golpe a la calidad y la competencia!

Con sobrerregulaciones se elimina crédito tributario de privadas

En este Portal, en la práctica, nos hemos convertido en una voz solitaria crítica de la “reforma universitaria” del Ministerio de Educación (Minedu). Nuestra razón: la reforma de Jaime Saavedra empodera al burócrata, al estado, en desmedro de los consumidores y es absolutamente estatista y anti inversión privada.

También hemos informado que el primer proyecto de una Superintendencia de Educación Superior Universitaria (Sunedu) nació en la universidad Católica, con el objeto de eliminar la competencia de las universidades privadas de excelencia. Para  alcanzar ese objetivo ese proyecto eliminaba el Crédito Tributario a la Reinversión (CTR) a la que podían acceder las universidades privadas en caso de reinvertir las utilidades en infraestructuras y mejoramiento académico. La propuesta de la Católica no pasó en la nueva ley universitaria, porque posibilitar el CTR era una manera de compensar la exoneración de impuesto a la renta del modelo asociativo (Católica, Garcilaso y Cayetano, por ejemplo). Es decir, era crear condiciones igualitarias y promover competencia.

Sin embargo la Sunedu se ha barrido de un plumazo el espíritu de su ley de creación y de la propia Constitución: ha decidido eliminar la exoneración de las privadas manteniendo los privilegios tributarios de las asociativas. Es decir, ha eliminado la competencia.

Hace unos días se ha emitido un decreto supremo que establece que solo pueden acceder al CTR las universidades privadas acreditadas. Sin embargo según otro decreto supremo anterior solo pueden acceder al CTR las “las instituciones o programas de educación superior que cuenten con licencia o autorización de funcionamiento otorgado por la SUNEDU, podrán solicitar la evaluación externa con fines de acreditación o el reconocimiento de la acreditación otorgada por entidades acreditadoras nacionales o internacionales…”

En otras palabras, hoy la acreditación  en las universidades está paralizada por el requisito del licenciamiento de la Sunedu (condiciones básicas de calidad, infraestructura y acreditación), tremendo despropósito burocrático, porque la acreditación del Sistema Nacional de Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE) significa reconocer la calidad del claustro. Si la Sunedu estuviese interesada en la calidad estaría promoviendo las acreditaciones. Y como la calidad y la acreditación requieren  inversión (es decir reinvertir utilidades), la Sunedu y los burócratas del Minedu han encontrado la leguleyada perfecta para liquidar la inversión privada en educación.

De alguna manera saltó la liebre en la “reforma universitaria” del Minedu. Hoy las universidades asociativas vuelven a la zona de confort. Pero eso no es todo. Como las universidades que “se enfrentaban al lucro” no pagan impuestos y ahora no tienen competencia, no tendrán necesidad de reinvertir utilidades y, por lo tanto, el dinero servirá para incrementar los ingresos de coaliciones ideológicas, para viajes, becas y todo tipo de gollerías que habían perdido frente a la competencia de las privadas de excelencia. ¡Tremendo retiro para un burócrata!

A la Sunedu y el Minedu no le interesa la calidad de la educación. De lo contrario estarían apoyando los más de 3 mil comités de calidad de colegios, institutos y universidades que buscan acreditarse en el Sineace.

Fotografía: andina.pe

 Ensoberbecidos por el circunstancial apoyo mediático, de la izquierda, y de algunos candidatos como César Acuña, los burócratas no solo han hecho leña de la universidad pública promoviendo descaradamente la desinstitucionalización y fragmentación, sino que ahora pretenden liquidar a la inversión privada y la competencia. Si alguien creía que la Gran Transformación de Humala se había archivado solo basta analizar la ofensiva estatista en educación para sostener que no es verdad.