¡Sí, Marco Arana es el líder antiminero!

Responsable de la paralización de varios proyectos mineros

En una acalorada discusión, el periodista y conductor radial Aldo Mariátegui señaló que Marco Arana, hoy congresista por Cajamarca por el Frente Amplio, era el responsable de la paralización de los proyectos mineros en el país, que ralentiza la economía nacional. En este portal consideramos que Mariátegui se aproxima a la verdad cuando atribuye esa responsabilidad a Arana. A nuestro entender el ex sacerdote (y jefe de la ONG Grufides) es uno de los principales líderes del movimiento antiminero en el Perú. Y sostenemos —con pruebas— que los sectores dirigidos por el líder del Frente Amplio han paralizado varios proyectos mineros como Manhattan (Tambogrande), Conga (Cajamarca) y Tía María (Arequipa), entre otros varios.

A pesar de que en las diversas entrevistas que concede Arana se esfuerza en recalcar que no está en contra de las inversiones, su conducta y propuestas siempre buscan paralizar la producción de cobre del Perú. Por ejemplo, acaba de proponer un proyecto de ley en el que se declararía la intangibilidad de las cabeceras de cuencas hidrográficas para “toda actividad que ponga en riesgo la calidad, cantidad y disponibilidad del agua”, por encima de los 4,000 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) Por supuesto, el verdadero fin de Arana es cerrar casi todas las minas del país, por la sencilla razón de que la gran mayoría de proyectos mineros están emplazados por encima de los 3,500 m.s.n.m. ¿No es clara la intención de Arana?

Al lado de la organización Grufides, Arana se ha empeñado en detener, por ejemplo, el proyecto Conga, cuya inversión representa US$ 4,500 millones. Para ello, el ex sacerdote y todo el movimiento antiminero han desplegado falsedades y mitos que funcionan como ideas fuerzas potentes. En una de ellas se dice que resultan incompatibles el agua, la agricultura y la minería moderna; a pesar de que hoy existe una sana y sostenible alianza del agua entre Yanacocha y las comunidades aledañas. También Arana, Grufides y los medios y periodistas ideologizados han construido una heroína, Máxima Acuña de Chaupe, que lucha contra una compañía poderosa y malévola que pretende arrebatarle sus propiedades. Hoy sabemos, a través de pericias judiciales que aquello es ¡absolutamente falso!

No obstante, poco le importa a Arana que sea técnicamente imposible que alguna empresa minera contamine el agua, porque operan con modernas tecnologías proambiente y todos sus procesos son supervisados, controlados y monitoreados por la OEFA, la ANA y otros organismos estatales. Además que hoy es imposible financiar un proyecto minero que contamine porque la banca global exige que las compañías cumplan estándares ambientales internacionales, o de lo contrario no hay crédito. Así de simple.

En una pasada entrevista Arana sostuvo, refiriéndose a los proyectos mineros, que "en Cajamarca no van a imponer una zona de sacrificio". El sacrificio en Cajamarca no lo ha impuesto la minería moderna, sino el fanatismo ideológico del movimiento antiminero. El resultado de esa oposición absurda es que hoy la región cajamarquina concentra siete de los distritos más pobres del Perú, vive una recesión económica desde el 2008 y su índice de empleo está por los suelos. ¿Algo más, señor Arana?

¿Cómo se puede explicar la aversión de Arana hacia la minería moderna? Es algo difícil de entender, sobre todo si, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la minería moderna explica nada menos que el 2.8% del crecimiento total del PBI, que fue de 3.9% en el 2016. Sin la pujanza de la minería moderna, la economía peruana entraría en una desaceleración que impediría reducir pobreza, crear empleos y generar círculos virtuosos en diversas regiones y provincias del país. 

¿Qué usted no es un líder antiminero, señor Arana? Francamente vaya a burlarse a Cuba o Venezuela. Aquí no.