Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
El martes 7 de julio pasado, Mary Lawlor, relatora especial sobre la situación de los denominados “defensores” de los derechos humanos de la ONU, sostuvo una audiencia regional con doce de los representantes de seis países de América Latina. No era la primera vez que un representante de la ONU se reúne con esos “defensores”; lo curioso de esta nueva “audiencia regional” es que los representantes peruanos fueron nada más y nada menos que ¡Oscar Mollohuanca y Miguel Meza!, dos conocidos líderes violentistas y radicales, principales organizadores de paros y acciones contra la minería moderna en el sur peruano. Increíble pero cierto.
Según, información difundida por los propios medios ligados a la izquierda radical, Oscar Mollohuanca habría “informado” a la relatora Mary Lawlor sobre los “procesos de conflictividad en Espinar”, desde 1990 y alrededor de la minería, así como de la “afectación” de metales pesados que “es una realidad” que viven las poblaciones del entorno de las unidades mineras. Asimismo, Mollohuanca “informó” que ¡lo quisieron meter preso! por defender “el ambiente y el derecho a la vida”.
El otro exponente ante la funcionaria de las Naciones Unidas fue Miguel Meza. Este líder antiminero, que de manera constante organiza acciones contra el desarrollo del proyecto de cobre Tía María (Arequipa), también se quejó ante Lawlor y dijo que “la empresa minera Southern solo ha deslegitimado la lucha de los pueblos todos estos años”. En ese sentido, el líder antiminero se refirió a la “lucha” del 2011, en la que murieron tres hermanos, y pidió que se respete la decisión popular de que “Tía María no va”.
¿No sabe Lawlor, una funcionaria de la ONU, quiénes son Mollohuanca y Meza? Pues aquí se lo contamos. Mollohuanca fue alcalde de la provincia de Espinar y uno de los principales instigadores de las violentas protestas contra una empresa minera en la referida provincia cusqueña. Como alcalde, Mollehuanca en el 2012 lideró irresponsablemente una jornada violenta, cuyo resultado fueron cinco muertos y decenas de heridos. Ahora Mollohuanca, quien tuvo un largo proceso judicial, se refiere a sí mismo como un “perseguido político”.
No solo eso, Mollohuanca miente cuando señala que la contaminación por metales pesados la ha originado la minería moderna. Hay estudios técnicos y científicos que avalan que la contaminación en Espinar, y casi todas las provincias altas cusqueñas, se debe a la alta concentración de minerales en la geología y a fenómenos conocidos como “lahares”, que no son sino avalanchas de origen volcánico que son arrastradas por las lluvias.
Miguel Meza, otro líder antiminero, fue implicado en el proceso junto a otros irresponsables que en el 2015 lograron paralizar con violencia la ejecución de Tía María. Protestas cuyo resultado fueron muertos, heridos y daños a la propiedad privada y pública.
Lo sorprendente de todo es que la señora Lawlor –repetimos, una funcionaria de una de las organizaciones más importante del planeta– “se comprometió a conversar con los gobiernos para pedir cese a estos ataques y reconocer que los defensores tienen derecho a seguir haciendo su labor”. En otras palabras, los violentistas son nombrados ahora como “defensores de los derechos humanos” y tienen, ante la comunidad internacional, todo el aval para hacer lo que quieran: organizar paros y protestas, contra el desarrollo del Perú. Solo nos queda decir ¡increíble!
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