Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
En un audio difundido en el programa del periodista Beto Ortiz, en Willax TV, Edward Quiroga admitió que existía una estrategia de Perú Libre para alterar los votos en mesa. Además dejó en claro que él ha participado de un plan para afectar el caudal de votos en contra de la candidata Keiko Fujimori. Lo interesante es que el periodista de investigación, Fernando Lucena, quien dialoga con Quiroga en el mencionado audio, señala que esta conversación se realizó antes de la segunda vuelta.
Pero, ¿quién es Quiroga? Desde hace más de cinco años, hemos venido advirtiendo sobre las actividades de este personaje, especialista en crear conflictos sociales en la zona andina. En 2016 el proyecto de cobre Constancia (en Chumbivilcas, Cusco) fue asediado por sectores liderados por activistas antimineros. Los comunistas organizaron huelgas de hambre y “marchas de sacrificio” hasta Lima.
Los promotores de estas manifestaciones se desplazan de un lugar a otro, tienen recursos muchos económicos, ¿acaso provenientes de Venezuela, gobiernos locales y regionales, y otras actividades? Han intentado innumerables veces paralizar las minas Constancia, Las Bambas, Tintaya, El Zafranal, Tía María y otros proyectos mineros en el sur.
Quiroga es un operador político conocido, con larga trayectoria comunista –como él mismo ha señalado–, y no un personaje advenedizo. Sus declaraciones deben ser tomadas con atención. Suele participar en la formación de federaciones de mineros artesanales con la finalidad de invadir territorios de las concesiones mineras para incrementar conflictos. Asimismo, promueve la organización de rondas campesinas para debilitar la acción de la policía, fiscales, jueces y autoridades constituidas legalmente.
Quiroga pretende establecer zonas liberadas de la autoridad del Estado. Es, sobre todo, dirigente de un movimiento sui generis: el chiita Inkarri Islam, dedicado a captar jóvenes ofreciéndoles promesas divinas y viajes al exterior (Irán). También es representante de la Asociación Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), movimiento chavista que pretende imponer el socialismo en la región latinoamericana. Participa activamente en la Asamblea de los Pueblos del Perú y el Tahuantinsuyo, un grupo separatista del sur, cuyo propósito es crear un país aimara. Quiroga promueve también otros movimientos locales independentistas, como la supuesta “nación Chanka”, en Apurímac, y asociaciones de afectados de la minería. Por todas estas consideraciones, Quiroga sabe lo que dice cuando afirma que hubo una estrategia muy elaborada para alterar la voluntad popular en las zonas rurales.
En este portal advertimos que la estrategia del círculo antiminero –conformado, además, por oenegés supuestamente ambientalistas y funcionarios públicos locales– es apropiarse de los reclamos populares. Inventan leyendas sobre supuestas contaminaciones ambientales y desacuerdos entre las mineras y población. Reclaman a las compañías mineras obras y servicios de responsabilidad del Estado.
Así como Quiroga –según su confesión– ha sido parte de una estrategia para alterar la voluntad popular durante la primera y segunda vuelta electoral, también los habrían sido muchas personas vinculadas a vicarías, marianistas, pastorales y ambientalistas, así como los “enlaces” que el extremismo comunista ha logrado desarrollar.
Las amenazas de Quiroga son reales. La experiencia y la acumulación de fuerzas servirán para desarrollar la soñada insurgencia popular del comunismo radical. ¿Exageramos? Viendo lo que han logrado en este proceso electoral, entenderemos que no se trata de exageraciones.
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