Minería lleva oxígeno a Cajamarca

Se acaba de anunciar que la empresa Gold Fields donará, en Bambamarca, una planta que tendrá la capacidad de producir 30 m3 de oxígeno por hora, para atender a los pacientes de Covid en toda la provincia de Hualgayoc. Con la producción de esa planta se podrá llenar 504 balones de oxígeno a la semana. Y además de la planta, la mencionada empresa minera donará 15 concentradores de oxígeno medicinal.

Vale también destacar que las mineras de Cajamarca se han puesto en la primera línea de lucha para contener el Covid. Una semana atrás se conoció que la minera Newmont también había donado, al Hospital Regional Docente de Cajamarca, una planta de oxígeno que produce 30 m3 por hora. Y si seguimos recordando los aportes de la minería a la lucha contra el Covid-19 hay que mencionar que Southern también está donando 20,000 litros de oxígeno semanales, que posibilitan llenar 17,000 balones de oxígeno. Unas semanas atrás, la empresa Buenaventura también donó una planta de oxígeno, en el peor momento de la pandemia en Loreto.

Si consideramos los ventiladores mecánicos y los kits de detección del Covid donados por las mineras, entonces no es exagerado sostener que el oxígeno que tanto necesita el Perú viene de la minería. Igualmente cabe señalar que la movilización solidaria de la minería se desarrolla en coordinación directa con el Gobierno central, los gobiernos regionales y locales, y las autoridades de salud competentes.

Frente al avance de la pandemia y las deficiencias del Estado al tratar de contenerla, las empresas mineras se han colocado en primera línea de la resistencia en contra del virus. En el caso de Hualgayoc, incluso los ronderos, Gold Fields, y los gobiernos regional y provincial, han logrado formar un solo puño para enfrentar al virus. Un hecho que debe subrayarse, sobre todo considerando que las ideologías de pequeños sectores han fomentado permanentemente el enfrentamiento entre la población y la minería, a partir de argumentaciones inexactas y leyendas.

Todos estos hechos deberían llevar a reflexionar a los cajamarquinos sobre el potencial de la minería para ayudar al desarrollo de la región. Debido a las campañas antimineras, Cajamarca literalmente se asemeja a un mendigo sentado sobre un banco de oro. Hoy la región es una de las más pobres del país, no obstante que su riqueza minera podría convertirla en una región con el ingreso per cápita de un país desarrollado.

Luego del bloqueo de Conga se paralizaron casi todas las inversiones en el llamado “cinturón de cobre” del norte: Conga, La Granja, Galeno y Michiquillay. Según diversos estudios, si se concretarán las inversiones de estos proyectos se agregaría cerca de 1.5 millones de toneladas de producción de cobre a la producción nacional (actualmente de 2.5 millones de toneladas). Es decir, se podría aumentar en más de 50% la producción del metal rojo.

Si se lograran estos niveles de producción de cobre, el Perú crecería por encima de los dos dígitos y lograría reducir la pobreza hasta debajo del 10% de la población. En este contexto, la tragedia de la pandemia, los yerros del Ejecutivo y la grave recesión que se ha desatado se convertirían en una triste anécdota en el proceso de crecimiento y reducción de pobreza. 

De allí la enorme importancia de los gestos y criterios sociales de las mineras con las sociedades donde se emplazan sus proyectos. De alguna manera, entonces, la tragedia del Covid y la solidaridad minera deberían servir para reflexionar sobre las gigantescas oportunidades que se pierden al bloquear una inversión minera.