Los psicosociales antimineros

Así se miente y engaña a los pobladores para impedir proyectos mineros.

Con los acontecimientos en Tía María, al parecer, surge un consenso en las diversas aproximaciones: el abandono de las provincias por el Estado no obstante que éste recauda sumas enormes en tributos de la minería. Los impuestos no significan obra en el interior. Sin embargo, llama poderosamente la atención la amnesia o ignorancia selectiva que desarrollan los analistas de izquierda con respecto al radicalismo antiminero que, sobre la base del sentimiento antiestatal de la gente, construyen psicosociales realmente imperdonables.

En Islay, por ejemplo, los militantes de Tierra y Libertad han desarrollado una intensa campaña en contra del proyecto minero difundiendo videos de las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki para establecer comparaciones con las explosiones que se detonarán para hacer el tajo abierto de la mina. De allí el conocido argumento de que “el polvo de las explosiones acabará con la agricultura y la vida del valle del Tambo”. Todo es mentira.

El EIA de Tía María contempla mini detonaciones para quebrar la superficie rocosa, que serán controladas y de manera secuencial. Cada detonación durará cinco segundos y será imperceptible para las poblaciones cercanas. El punto más cercano del valle al tajo La Tapada está a 2.5 kilómetros en tanto que Cocachacra, la población más cercana al proyecto, está a 6.5 km. Además, el tajo está a 350 metros de altitud mientras que el valle a 130 metros. Existen pues barreras geográficas que evitarán que el desarrollo del proyecto afecte al valle del Tambo.

Pero eso no es todo. La Rosa de los Vientos del EIA establece que los vientos al mediodía avanzan de sur a norte, es decir, en dirección contraria del valle. De allí que las mini explosiones se realizarán cada 48 horas y al mediodía. Si todo eso está en el EIA, ¿cómo así el radicalismo anti minero logró que su discurso pasara? La única explicación es la renuncia del Estado y de los partidos democráticos a enfrentar los psicosociales de Tierra y Libertad.

Los psicosociales del radicalismo anti minero, entonces, prosperan ante la renuncia del sistema democrático a pelear la base y la provincia. Algo parecido sucedió, por ejemplo, con la famosa tesis de “la imposibilidad de hacer minería en las cabeceras de cuenca”, que también difundió Tierra y Libertad. Casi todos los proyectos mineros inevitablemente están en las alturas por la especial configuración geológica del territorio. El blanco del radicalismo, entonces, está bien definido.

Pero, ¿es verdad que los acuíferos están en las alturas? Si una de las leyes fundamentales de la física es la de la gravedad, ¿por qué los acuíferos tendrían que quedarse arriba y no descender por la atracción natural de la gravedad? O, ¿acaso estamos hablando de lava volcánica que, en contra de la gravedad, revienta de abajo hacia arriba? Todo es un sinsentido en el razonamiento radical.

El agua en las alturas proviene de la lluvia, de allí que, en el proyecto Conga, se considera construir cuatro reservorios para almacenar agua y así los campesinos tengan dos o más cosechas al año (hoy solo tienen una).

Aquí no defendemos empresas. Defendemos un modelo de desarrollo que tiene en la inversión en recursos naturales uno de sus pilares. Por eso creemos en la armonía entre minería y medio ambiente. Por eso estamos en contra de los psicosociales del radicalismo anti minero.

12 - May - 2015