Editorial Política

Lección de Samba para el Perú

Lección de Samba para el Perú
  • 01 de septiembre del 2014

Incoherencias de oposición allanan camino de incertidumbre en Brasil

Los acontecimientos políticos y económicos en Brasil pueden ser muy aleccionadores para el proceso peruano, sobre todo, para las fuerzas de oposición. En el gigante de Sudamérica, la desaceleración económica, en vez de propiciar reformas pro mercado que impulsen la competitividad, parece fomentar proyectos con enormes signos de interrogación. A un mes de las elecciones nacionales, no son las propuestas reformadoras de Aécio Neves de la socialdemocracia brasileña, sino las iniciativas del ecologismo radical de Marina Silva las que, según las encuestas, gozan de la simpatía de las mayorías. ¿No nos recuerda algo a la situación del Perú?, buena pregunta para quienes creen que el camino hacia el 2016 es un lecho de rosas.

Hoy, Brasil, la mayor economía de América Latina y séptima en el mundo, ha entrado técnicamente en recesión por haber acumulado dos trimestres de contracción económica. El primer trimestre hubo 0.2% de reducción económica en tanto que el segundo 0.6%. Las explicaciones van y vienen: desde los días perdidos por el Mundial de Fútbol hasta la brutal caída del comercio con Argentina.

Desde las reformas que implementó Fernando Henrique Cardoso –a mediados de los noventa- que permitieron desmontar el modelo de sustitución de importaciones, el gigante sudamericano comenzó un crecimiento y reducción de pobreza sostenidos que ensanchó considerablemente a la clases medias. Sin embargo, en el momento en que debió continuarse con las reformas y los tratados de libre comercio, como lo hicieron China y la India, los gobiernos de Luis Ignacio Lula da Silva y Dilma Rouseeff, Brasil optaron por mirar hacia adentro y redujeron sus políticas comerciales al Mercosur, mientras expandieron el gasto público.

Con el derrumbe de Argentina y Venezuela, el gigante sudamericano también tenía que llorar por no haber diversificado sus mercados. Lo natural era que ante el fracaso del proteccionismo y estatismo todos recordaran el impulso liberal de las reformas de Cardoso y descartaran propuestas inciertas. Sin embargo, ya sabemos que no es así. Según las encuestas, Marina Silva y el programa del ecologismo radical se impondrán.

Tremenda lección para el Perú. Cada día que pasa la estrella de América Latina reduce sus proyecciones de crecimiento: de 4.5% a 4.2% y algunos  ya empiezan a hablar de menos 4%. Así empezó Brasil, debido a los guiños estatistas de Rouseff, mientras algunos le echaban la culpa a la crisis del mercado mundial. (¿Acaso es Mercosur el mercado del planeta?).

Pero lo relevante para nosotros es que la oposición de la socialdemocracia que defiende la continuidad y profundización de las reformas pro mercado fue incapaz de construir un relato alternativo sobre el porqué de la desaceleración, el fracaso del Estado, y la corrupción, que lanzaron a la gente a protestar en las calles.

En las recientes confrontaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, donde antes de otorgarse el voto de investidura al Gabinete Jara se le denegó en dos ocasiones, la oposición llamada a desarrollar un relato alternativo sobre el frenazo económico y la ineficiencia del Estado parecía competir en radicalismo con la izquierda. Qué se vaya el ministro Miguel Castilla, qué se vaya el ministro Eleodoro Mayorga, qué se acaben las AFP, y otras hierbas estatistas que revelan una súbita embriaguez populista o una preocupante incomprensión de las relaciones entre la economía y la política.

La desaceleración económica puede ser explicada de dos maneras. La izquierda nos dice que el frenazo se explica porque el modelo primario-exportador estaba condenado a enfermarse con la caída de los precios de los minerales, no obstante que el cobre, el oro, la plata, el zinc mantienen cotizaciones que harían palidecer de envidia a otros países sin estos recursos. Ese relato es poderoso en tiempos de desaceleración, porque viaja con sencillez al margen que sea una mentira del tamaño de un continente.

El otro relato se aproxima más a la verdad y tiene que ver con la incoherencia económica del régimen (al estilo brasileño). Mientras Castilla y los ministros de la producción se esforzaban por convocar inversiones, el ministerio del Medio Ambiente levantaba tal cantidad de sobre regulaciones y trámites ambientales que se paralizaron US$ 24,000 millones en proyectos mineros y de hidrocarburos. Ahorcadas las inversiones en recursos naturales el frenazo fue inevitable.

Luego de las incoherencias del régimen, la izquierda cree que le llegó la hora de su garbanzal ante las incoherencias de la oposición. Si apristas, fujimoristas, pepekausistas, pepecistas y otros sectores no entienden que la justa lucha que desarrollaron contra la reelección conyugal es parte indisoluble de la lucha contra el frenazo económico y la construcción de un relato alternativo al de la izquierda, como se dice en la calle, estamos fritos. El reloj político estaría marcando la hora del regreso de las ideas estatistas y ya sabemos que, por estos lares, ese tiempo viene con autoritarismo.

  • 01 de septiembre del 2014

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