Las finanzas del radicalismo antiminero

Cómo se consiguen los recursos para detener la minería

El daño que el radicalismo antiminero ha causado en nuestro país paralizando importantes proyectos mineros (Conga o Tía María) no habría sido posible sin la colaboración de organizaciones internacionales. Las violentas asonadas que originaron lamentables saldos (muertos, heridos y el irreparable deterioro de la propiedad pública y privada)  fueron posible por el apoyo financiero y técnico de entidades extranjeras. ¿Cuáles son las organizaciones que respaldan técnica y económicamente al radicalismo antiminero en el Perú?

Existen cuatro importantes organizaciones internacionales que, según fuentes, solventarían económicamente las actividades del movimiento radical y otorgan recursos técnicos a sus líderes: Front Lines Defenders (Irlanda), las alemanas Misereord, Multiwatch y la inglesa Cafod.

Front Lines Defenders, según señala su página web, es la Fundación Internacional para la protección de los derechos humanos. Con sede en la ciudad de Dublín, Irlanda, Front Line (como se hace llamar) fue fundada en el 2001 y también participa de forma activa en Brasil, Ecuador, Bolivia y Honduras y en países del África y Asia. En el Perú, Front Line apoya hasta el momento a los líderes radicales que se oponen a los proyectos Conga en Cajamarca y Antapacay en Espinar.

Curiosamente la referida organización señala en su sitio electrónico que trabaja, “de forma no violenta, por alguno o todos los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH)”. En otro pasaje de la presentación Front Line Defenders informa que “brinda apoyo rápido y práctico a defensores y defensoras de los derechos humanos en riesgo, entre otras, mediante: “subvenciones para solventar los gastos de las necesidades prácticas en materia de seguridad de defensores/as”.

Misereord, organización descrita como “del lado de los débiles”, fue fundada a fines de 1950 por un sector de la iglesia católica alemana y es otro de los brazos financieros con los que cuenta el movimiento antiminero. La “obra episcopal” (como se autotitulan) presente en Asia, África y Oceanía apoyó “solidariamente” a líderes antimineros en Cajamarca. El operador político y gerente de Recursos Naturales del gobierno regional cajamarquino, Sergio Sánchez Ibáñez, fue parte del grupo de “beneficiados” por dicha asociación. Según medios de comunicación  cajamarquinos, el funcionario y hombre de confianza del ex gobernador Gregorio Santos habría sido uno de los encargados de administrar el financiamiento de las violentas protestas contra Conga.

Otra de las organizaciones que colaboraron con los paros y protestas violentas contra los proyectos mineros  es la alemana Multiwatch. Presente desde las asonadas contra el frustrado proyecto Majaz en el Alto Piura, esta organización también estuvo presente en Conga, Las Bambas y en Antapaccay (Espinar).

En el año 2012, Multiwatch solventó el viaje y la estadía a Europa (Suiza, Alemania) del entonces alcalde antiminero Oscar Mollehuanca, la abogada Ruth Luque y el ex presidente del Frente Único de Defensa de los Intereses de la Provincia de Espinar, Herbert Huamán, con el propósito de denunciar la contaminación de los ríos por el proyecto Antapaccay, denuncia desestimada por informes técnicos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA)

Cafod, es la última organización de importancia que apoya al movimiento antiminero. Dicha institución trabaja desde 1968 en nuestro país, sobre todo en la sierra sur (Cusco, Ayacucho, Apurímac) y en la sierra norte (Cajamarca, La Libertad). Con nexos con la iglesia católica inglesa, Cafod apoyó a Marco Arana en la protestas contra el proyecto Conga. Presente en Espinar, representantes de la mencionada organización, envían despachos informativos hacia Europa plagado de mentiras o verdades a medias.

Estas cuatro organizaciones, serían, según fuentes, las columnas del radicalismo antiminero en nuestro país.