La oposición asume el Congreso

Sobre la nueva Mesa Directiva del Legislativo y la gobernabilidad

El congresista Luis Ibérico fue elegido presidente de la Mesa Directiva del Legislativo por 70 votos  a favor derrotando a la lista de Vicente Zeballos que solo alcanzó 55. De esta manera la oposición, por primera vez, durante la presidencia de Ollanta Humala, asume la conducción del otro poder del estado que es elegido por el sufragio de todos los peruanos, es decir, que goza de la soberanía investida por el pueblo (la otra institución es la Presidencia de la República).

El gobierno nacionalista ingresa a su último año de mandato constitucional con un Legislativo en manos de sus principales críticos. ¿Qué puede significar este hecho para la gobernabilidad? Creemos que, de una u otra manera, se aumentará la predictibilidad de la democracia.

Durante el mandato de Humala el espacio público se ha caracterizado por una extrema polarización que, a nuestro entender, no corresponde a los usos y costumbres de la democracia. Las intromisiones de Nadine Heredia en la función ministerial desataron crisis de Gabinete que explican las impresionantes colisiones entre Ejecutivo y Congreso: dos Consejos de Ministros que no alcanzaron el voto de investidura en primera votación y un Jefe de Gabinete derribado por la censura legislativa.

En el siglo pasado semejantes choques entre poderes habrían terminado con la interrupción constitucional. Sin embargo nada eso sucedió. Un signo de madurez democrática en medio de una suma yerros.

De otro lado hay que considerar que la mayoría de crisis políticas que los peruanos hemos contemplado han sido provocadas y originadas por la conducta de la mal llamada pareja presidencial. Los intentos de judicializar las relaciones con los rivales políticos, las injerencias en la función ministerial, el intento de mangonear a la bancada parlamentaria, son claras expresiones de esas distorsiones que han afectado a la gobernabilidad.

Considerando ese contexto y que ingresamos al pleno desarrollo del cronograma electoral hacia el 2016, la conducción de la oposición del Legislativo nos parece que agregará gobernabilidad a la democracia y al funcionamiento de las instituciones. Un  Congreso con capacidad de control político y de vigilancia sobre las instituciones es vital para garantizar un objetivo fundamental en la construcción de una sociedad abierta: una elección nacional incuestionable.

Nadie sostiene que en el Ejecutivo exista una voluntad anti democrática. Sin embargo una pareja presidencial que politiza en extremo su acción pública puede llevar a dibujar un signo de interrogación acerca de la neutralidad que deben mantener las entidades tutelares del estado en los siguientes comicios. Allí entonces reside la importancia de la presencia de la oposición en el Congreso.

El Perú avanza hacia el cuarto proceso electoral sin interrupciones. En el siglo XX solíamos señalar que estábamos condenados a diez años de democracia seguidos de otros diez de regímenes de facto. Todo parece indicar que estamos a punto de superar esa especie de maleficio democrático.

La conducción del Congreso por la oposición es una noticia alentadora para todos aquellos que pretenden consolidar las libertades políticas y económicas en el país. Finalmente reconocer la trascendencia de garantizar un cronograma electoral impecable no significa dejar de lado la necesaria lucha contra el desborde de la criminalidad y el frenazo económico.  Ahora la oposición debería entender que tiene más responsabilidad en estos asuntos que antes.