La naturaleza chavista de Verónika Mendoza

Frente Amplio busca cancelar Constitución de 1993

La candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza, acaba de sumarse a todas las propuestas de naturaleza estatista y chavista o quizá más apropiado sea señalar que acaba de resucitar el espíritu del programa de la Gran Transformación que archivó Ollanta Humala. Mendoza ha planteado que “impulsará una nueva Constitución” para derogar la Carta Política de 1993, que rige desde más de 20 años atrás y que explica el crecimiento económico, la  impresionante reducción de pobreza, y la continuidad constitucional que hoy se expresa en la cuarta elección nacional sin interrupciones.

Cuando Mendoza plantea una nueva Carta Política, en realidad, está proponiendo reeditar la fórmula chavista de Venezuela, Ecuador y Bolivia. En esas experiencias los caudillos carismáticos que se encumbraron sobre la crisis del sistema de partidos convocaron a asambleas constituyentes, donde se aprobaron nuevas constituciones que les permitieron perpetuarse en el poder e instaurar regímenes estatistas que hoy desencadenan la recesión y el incremento de pobreza.

La señora Mendoza niega ser chavista. Antes es necesario aclarar que El Montonero no participa en ninguna contra campaña política. A este Portal le interesa sobremanera el programa o lo que se esconde detrás de sus propuestas: la señora Mendoza se ha opuesto al Acuerdo Transpacífico (TPP en inglés), el mayor bloque económico y comercial del planeta que reúne el 40% del PBI mundial. Si la candidata del Frente Amplio nos propone algo semejante, en realidad, nos propone abandonar las políticas de libre comercio expresadas en los 17 TLCs que ha firmado el Perú y organizar la economía según los criterios proteccionistas de Venezuela y Brasil, por ejemplo. ¿Eso no es chavismo? ¿Qué cosa es entonces?

Ahora nos propone abandonar la Carta Política del 93 y todos sabemos hacia donde apunta: liquidar la economía de mercado.

Antes una breve digresión: con la Constitución de 1979, es decir con la Carta estatista, el Perú “logró la hazaña” de convertir al 60% de los peruanos en pobres y desarrollar una de las hiperinflaciones más devastadoras del planeta y que hoy se estudia cómo lo que no se debe hacer en las mejores facultades de economía del planeta.

¿Qué cosas no le gustan a Mendoza de la actual Carta Política? La actual Constitución establece que los dos pilares de la economía son la propiedad privada y la competencia. Es más, el estado alienta la competencia entre los actores económicos. Semejante principios son incompatibles con el modelo chavista de economía.

El orden constitucional del 93 también establece que los contratos son inviolables incorporando un principio que explica la prosperidad de Occidente, creando una sociedad de contratos e incorporando al Perú a la presente globalización que, en vez de armas y guerras, solo funciona a través de contratos. En los regímenes chavistas los contratos depende de la voluntad del caudillo y las estatizaciones se hacen de acuerdo al humor del régimen. Mendoza entonces tiene claro cuáles son las trabas a su plan económico.

La Carta Política igualmente establece que el estado no puede realizar actividad empresarial sino de manera subsidiaria. Es decir, una verdadera muralla constitucional en contra la posibilidad de organizar un estado empresario que multiplique empresas estatales y desate forados fiscales que disparen la inflación, tal como sucedió con el modelo velasquista que pervivió hasta los ochenta y tal como sucede ahora con las economías chavistas.

La señora Mendoza niega sus vínculos chavistas porque a lo mejor tiene buenas intenciones. Pero la naturaleza de los actores políticos no se califican por intenciones, sino, únicamente, por sus programas y propuestas. Y el Frente Amplio es la representación del proteccionismo y el estado empresario, es decir, del programa chavista de América Latina.