¡La mayoría por Las Bambas!

Apurimeños apuestan por megaproyecto minero

El violento ataque orquestado por el radicalismo antiminero contra el proyecto Las Bambas ha dejado un saldo lamentable. Se ha confirmado la muerte de cuatro manifestantes, ocho policías están gravemente heridos, hay varios detenidos y cuantiosos daños a la propiedad privada. Desde este portal advertimos que el movimiento radical le había puesto la puntería a los principales proyectos mineros del sur con el claro objetivo de paralizar las inversiones, encender el país con conflictos y luego implantar el modelo del estatismo.

No obstante el argumento que el radicalismo quiere imponer, la mayoría de la población aledaña al yacimiento minero – la denominada “zona de influencia directa”- y de las principales ciudades de la región Apurímac, está a favor que se ejecute el proyecto. Si algo es incuestionable es que la construcción y operación de Las Bambas trae beneficios para las históricamente empobrecidas comunidades campesinas, que han mejorado su calidad de vida considerablemente.

Como prueba irrefutable del entendimiento entre la compañía y las comunidades de  la “zona de influencia directa” es que Carmen de Alto de Chalhuahuacho y otras 32 comunidades no se han plegado al paro indefinido promovido por el radical Frente de Defensa de los Intereses de la Provincia de Cotabambas. Fuerobamba, otra de las comunidades aledañas al yacimiento, ha celebrado su 29 aniversario de creación con el apoyo de la compañía. Lo que sí está ocurriendo es que pobladores y organizaciones ajenos a la “zona de influencia directa”, como el Frente de Defensa de la provincia de Grau o el Frente de Defensa del distrito de Haquira, pretenden obtener beneficios directos.   

Por su parte, Wilber Venegas, gobernador regional de Apurímac, ha denunciado la masiva presencia de manifestantes de “otras regiones” y de “intereses políticos” detrás de la violenta arremetida contra un megaproyecto que hasta el momento supera el 95% en su etapa de construcción y que ha concedido adelantos del canon por US$ 60 millones para Challhuahuacho y más de US$ 160 millones para la región.

Según proyecciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), el desarrollo de Las Bambas cuadruplicaría el crecimiento del PBI regional. Se conoce también que,  semanas atrás, el ex cura Marco Arana, líder antiminero y precandidato a la presidencia por el partido de izquierda Frente Amplio, recorrió algunas provincias de la región, entre ellas Cotabambas.

A pesar de algunos errores cometidos por la minera en la gestión y el manejo de las relaciones con las comunidades ubicadas fuera de la “zona de influencia directa”, nada justifica el ataque del radicalismo al campamento minero ni el atentado contra efectivos policiales.

Sin embargo no es cierto, como cuestionan los radicales antimineros, que la compañía haya incumplido el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) al reubicar la planta de molibdeno y la planta de filtros. Las modificaciones han respetado estrictamente los procedimientos que establece el marco normativo. Según un comunicado emitido por el ministerio de Energía y Minas las comunidades de la “zona de influencia directa” fueron informadas a pesar de que la ley no contempla que participen en el Informe Técnico Sustentatorio (ITS) presentado por la compañía.

Financiando las protestas están los proveedores locales de transporte de Tambobamba y Challhuahuacho y los dueños de establecimientos de servicios (hoteles y restaurantes), descontentos con las últimas medidas corporativas. La compañía otorgó a una sola empresa proveedora la concesión de 400 vehículos de transporte (camiones y camionetas) dejando fuera a los abastecedores locales. Además, ha decidido que todo el personal técnico y los obreros se alojen en el campamento minero y dejen los hospedajes y pensiones.

La mayoría en Apurímac, como en el país, está a favor del proyecto Las Bambas. No dejemos escapar la gran inversión que crea empleo, genera riqueza y beneficios a los más pobres.