¿Ensayo autoritario?

Defensores de Saavedra descalifican la disidencia

Los defensores del ministro de Educación, Jaime Saavedra suelen respaldar la reforma educativa del Ministerio de Educación (Minedu) señalando que los críticos defienden intereses no declarados, de lobbies privados y protegen a “universidades basura” que funcionan en “chifas de segundo piso y garajes destartalados”. Otros aseveran que solo se trata de las críticas de la corrupción. Punto. A entender de este portal, semejantes reacciones representan el embrión de un ensayo autoritario que —organizado e ideado por la izquierda— pretende acallar la disidencia, ahogar un debate crucial que compromete el futuro de la educación y el camino del país como sociedad abierta. Es pura propaganda que elude los temas centrales del debate.

En este portal hemos sostenido que considerar al Estado y la burocracia como eje de la reforma educativa es una barbaridad en pleno siglo XXI y en medio de la IV revolución industrial planetaria. En los libros de los colegios públicos, por ejemplo, se señala que Velasco Alvarado fue “un militar con sensibilidad social” y que Fujimori es un “simple violador de Derechos Humanos”. Por ejemplo, en este tema no nos interesa defender ningún punto de vista a favor ni en contra. Lo único que nos interesa es que en el Perú —como una sociedad abierta— los alumnos del futuro reciban las más diversas interpretaciones de la historia, que se nutran de todos los relatos habidos y por haber para desarrollar un pensamiento crítico. Para alcanzar ese objetivo el Estado debe ser un promotor de la educación de calidad y permitir que prosperen los colegios públicos junto a claustros gestionados por la sociedad, asociaciones civiles y el sector privado. Un camino diferente es el camino totalitario del Gran Hermano de la Guerra Fría. Por favor, ¿quién debate sobre este tema y deja el insulto de lado?

En cuanto a la universidad hemos sostenido que resolver su crisis a partir de una Superintendencia que depende del Minedu (Estado) representa otra locura descomunal cuando los terremotos de la innovación desactualizan los títulos de Harvard y Yale en menos de cinco años, y cuando casi toda el huracán innovador proviene de la sociedad y el sector privado. También hemos sostenido que la idea de una superintendencia dependiente del Estado y encargada de “vigilar” lo académico, lo científico y lo cultural, solo ha funcionado en los países de la ex Unión Soviética; y que algo parecido se implementó durante la dictadura militar de Velasco Alvarado. Los mejores sistemas universitarios —desde Estados Unidos hasta Europa— desarrollan sistemas de acreditación y gestión universitaria absolutamente independientes del Estado. Por favor, ¿quién debate sobre este tema y deja de descalificar a la opinión contraria?

En el Perú hay universidades públicas, asociativas y privadas de excelente calidad, y otras muy deficientes; pero las universidades deficientes no funcionan en chifas ni en garajes. Los claustros de baja calidad tienen los mejores locales y una buena infraestructura que les ha permitido masificar la matrícula, y son deficientes porque no están participando en los procesos de acreditación de la calidad de carreras y universidades que desarrolla el Sistema Nacional de Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE). Los claustros públicos, asociativos y privados de calidad, por el contrario, sí participan de los procesos de acreditación.

Pero, ¿por qué hablamos de un ensayo autoritario? No solo se trata de arrinconar al disidente como “corrupto”, sino que se intenta negar el legítimo ejercicio del equilibrio de poderes, señalando que se pretende manchar la honra de un ministro. La voluntad de diversas bancadas parlamentarias de interpelar al titular de Educación, Jaime Saavedra, nace de una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y del Ministerio Público en la que hay cuentas y personas involucradas en el sector Educación. ¿No existe derecho a la interpelación cuando se trata del amigo? Interesante. De acuerdo a nuestro ordenamiento constitucional los ministros tienen responsabilidad política, ¿o no?