En peligro la producción de petróleo

Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), lamenta la ocupación violenta de las instalaciones del Oleoducto Norperuano (ONP) por parte de un grupo de pobladores del Datem del Marañón, que han paralizado el transporte de crudo y el suministro de energía eléctrica en el lugar. Días antes de la ocupación de la Estación 5, el ONP había reiniciado sus operaciones, después de la paralización de sus actividades debido a una norma de emergencia que señalaba que las personas mayores de 60 años no podían ejecutar labores presenciales (para evitar el contagio de coronavirus). 

Inmediatamente después del ingreso a la Estación 5 (el 2 de agosto pasado), como en otras ocasiones similares, los accesos a la Estación fueron bloqueados, obligando a la inmovilidad de los trabajadores del lugar. Según ha señalado Petroperú, operador del ONP, al momento de la acción violenta los pobladores, que portaban lanzas, no llevaban puestas las mascarillas de protección ni respetaban el distanciamiento social. Además, mujeres y niños ingresaron a la zona industrial de riesgo alto sin los equipos de protección correspondientes.

Los dirigentes de las comunidades indígenas, sin reparar en los peligros de sus acciones, reclaman al Estado el mejoramiento de los centros de salud para la atención de las personas contagiadas de coronavirus. Asimismo, exigen solucionar “las brechas sociales existentes en la selva”. No obstante, en un comunicado, Petroperú asegura que continúa realizando actividades para prevenir y contener el contagio del coronavirus. Hasta el lugar han sido transportados personal sanitario y balones de oxígeno destinados a las personas con Covid-19. Incluso está programada la adquisición de una planta generadora de oxígeno para el lugar. 

En momentos de grave crisis económica y sanitaria, no se entienden las acciones violentas organizadas por los dirigentes del Marañón. Debido a la caída de la producción de petróleo –de 20.9% en julio pasado, respecto a julio del 2019– las regalías destinadas a las comunidades amazónicas donde se desarrollan actividades de extracción gas y petróleo, también cayeron en 49.2% respecto a 2019. La paralización de las operaciones en la Estación 5 del ONP obligará a reducir la producción de petróleo, debilitando aún más la economía nacional. Y, por consiguiente, las brechas sociales y las obras que la población reclama serán postergadas por la falta de recursos provenientes de la producción de crudo. Así de simple.  

Felipe Cantuarias exhorta a los pobladores a dejar de lado la violencia y a respetar la propiedad pública y privada. Asimismo alerta sobre los peligros a los que se expusieron los pobladores al ingresar a una zona de alto riesgo sin las medidas de protección respectivas. Lamentablemente, actos de esta naturaleza se realizan constantemente en el lugar. La presencia de oenegés supuestamente ambientalistas y las asesorías de dirigencias extrañas al lugar provocan alteraciones en las relaciones entre las comunidades, las empresas y los trabajadores. Existe una clara interferencia marxista y con propósitos antiperuanos.  

Para Cantuarias es innegable que la riqueza generada por la industria petrolera no se traduce en desarrollo y bienestar para las comunidades. “El sistema de distribución y uso del canon y regalías ha fallado, y los fondos transferidos no cumplen la misión de construir oportunidades”, señaló. En este contexto, propone que las obras en las comunidades vinculadas a las actividades de hidrocarburos tengan como ejemplo el modelo de la Reconstrucción del Norte para asegurar la calidad del gasto. La poca y hasta casi nula capacidad técnica y de gestión de los gobiernos locales origina el reclamo de obras por parte de la población. Según el presidente de la SPH, existe consenso en las empresas petroleras para impulsar el mecanismo de obras por impuestos como un medio para resolver las necesidades básicas en Loreto. “Pero es importante un compromiso decidido del Ejecutivo”, sentencia Cantuarias.