Editorial Política

El progresismo como causa del desborde criminal

Las oenegés de izquierda pretenden destruir a las fuerzas de seguridad

El progresismo como causa del desborde criminal
  • 05 de febrero del 2025


No es una casualidad que una ola criminal sin precedentes se haya desatado en países como Ecuador, Colombia, Perú y Chile.  En todos estos estados hay diversas causas para explicar la ofensiva criminal, pero también enormes coincidencias en los problemas. ¿Qué ha sucedido en estos países para que la exportación de criminales y organizaciones delictivas que promovió el régimen chavista de Venezuela –para desacreditar la masiva migración de los hermanos venezolanos– terminara creando el actual desborde criminal?

Desde hace varias décadas las oenegés autoproclamadas defensoras de Derechos Humanos comenzaron una terrible campaña de destrucción de la moral de las fuerzas de seguridad (fuerzas armadas y policía) a través de judicializaciones pocas veces vistas en los sistemas democráticos. El punto de partida fue el desarrollo de estrategias contrasubversivas que en Perú y Chile posibilitaron conjurar procesos revolucionarios y terroristas. Los militares que salvaron los estados de derecho frente al terror comunista fueron perseguidos por igual en Perú, Chile y Colombia.

Unos meses atrás, por ejemplo, el golpe fallido de Pedro Castillo fue seguido una verdadera insurrección en el sentido leninista: intento de quemar los aeropuertos y bloqueos de carreteras nacionales para paralizar la economía nacional. El objetivo era tomar el poder a través de una asamblea constituyente. 

Sin embargo, nuestras fuerzas armadas desarrollaron el legítimo uso de la fuerza constitucional y se produjo un saldo lamentable de 60 peruanos muertos. Los únicos responsables de esta tragedia son las milicias que pretendieron subvertir el sistema constitucional. Se salvó la democracia y el Estado de derecho; sin embargo, hoy más de 300 efectivos y oficiales de las fuerzas de seguridad están judicializados, algunos incluso con prisiones preventivas, por haber preservado el sistema constitucional en el Perú. Si eso sucede ante la vista y paciencia de los peruanos, ¿cómo puede haber una estrategia para contener el desborde criminal? Si los efectivos que hacen uso de la fuerza constitucional para defender el Estado de derecho terminan en la cárcel, ¿qué estrategia contra la ola criminal puede existir?

En el Perú las oenegés progresistas crearon “un sentido común” en el sistema de justicia acerca del uso desproporcionado de la fuerza pública que determinó que nuestros policías que intervenían a delincuentes, con saldos de sangre, terminarán procesados o encarcelados, mientras los delincuentes eran liberados.  Ante esta situación, ¿alguien en su sano juicio cree que puede existir una estrategia eficaz contra el crimen? Imposible. 

De alguna manera el progresismo entendió que la policía nacional del Perú (PNP) –al igual que el sistema de justicia– era una herramienta de poder antes que una entidad al servicio de la sociedad. En ese objetivo se descabezó a 18 oficiales generales de la PNP, liquidándose varias generaciones de aprendizaje policial, con el objeto de controlar la institución y apuntalar una policía política a través de la DIVIAC. Con estas condiciones, ¿cómo puede prosperar una estrategia contra el desborde criminal? 

Asimismo, desde varios años atrás no solo se judicializa y persigue a los efectivos de las fuerzas de seguridad que defienden el Estado de derecho, sino que se abandona a las unidades especializadas, se niega el equipamiento y la actualización tecnológica de las comisarías y unidades policiales, mientras los patrulleros dejan de arrancar por falta de mantenimiento. Por ejemplo, durante el golpe fallido de Castillo las unidades de la PNP casi no tenían bombas lacrimógenas, y hoy las bandas criminales tienen mejor armamento que los policías.

Por todas estas consideraciones es realmente curioso observar a los progresistas intentando explicar el actual desborde criminal por las leyes del Congreso de algunas semanas atrás, ocultando la destrucción de las fuerzas de seguridad que han promovido oenegés que arguyen defender DD,HH. Son oenegés que ignoran u ocultan que solo hay defensa de los Derechos Humanos a través del Estado de derecho. Es decir, los únicos que defienden los Derechos Humanos son los efectivos de la fuerza de seguridad que lo arriesgan todo para salvar la constitucionalidad.

Dejemos, pues, de aceptar el cinismo del progresismo y no permitamos que se judicialice y persiga a nuestros soldados y policías.

  • 05 de febrero del 2025

NOTICIAS RELACIONADAS >

¿Qué espera el Congreso para legislar sobre las oenegés?

Editorial Política

¿Qué espera el Congreso para legislar sobre las oenegés?

  Luego de las denuncias sobre el mal uso de miles de millones d...

11 de febrero
¡Es hora de aprobar la ley sobre oenegés!

Editorial Política

¡Es hora de aprobar la ley sobre oenegés!

  El presidente Donald Trump acaba de señalar que la Agen...

04 de febrero
¡A defender la Constitución de 1993 con uñas y dientes!

Editorial Política

¡A defender la Constitución de 1993 con uñas y dientes!

  La Sala Civil de la Corte Suprema acaba de confirmar en todos ...

30 de enero

COMENTARIOS