El legado de Antonio Brack

El gran ambientalista del Perú siempre tomó distancia del ecologismo radical       

El Ministerio del Ambiente ha decidido que el Premio Nacional Ambiental, instituido en julio del 2014, llevará el nombre de Antonio Brack Egg, el más importante ecologista peruano, fallecido el 30 de diciembre último. Es un reconocimiento justo a quien le dio al Perú una visión moderna de desarrollo sustentable que concilia la protección de la naturaleza con la explotación de los recursos naturales. Su deceso ha sido una pérdida enorme para la sociedad, pero nos ha dejado un gran legado al país.

Antonio Brack siempre estuvo lejos del ecologismo fundamentalista. Lo confrontó desde la cátedra, desde los puestos públicos ejerció, y siguió haciéndolo después como ciudadano. Criticó en particular la indolencia del ecologismo radical frente al mayor problema ambiental del país, la contaminación del agua por la masiva urbanización sin tratamiento de residuos sólidos y aguas servidas, y también cuestionó el boicot constante de ese sector al desarrollo de la minería en los Andes.

Y se opuso además a quienes, alegando una supuesta defensa del ambiente, boitecan la explotación de las riquezas forestal, petrolera y gasífera de la Amazonía. Siendo ministro del Ambiente (2008-2011) promovió una nueva ley de concesiones forestales moderna que fue aprobada por el Congreso, pero hasta ahora no se aplica porque la actual gestión de ese ministerio no aprueba el reglamento de la norma.

Antonio Brack fue un ecologista comprometido con el desarrollo sustentable a partir de la explotación racional de los recursos naturales, en la convicción de que ésta NO es incompatible con la protección de la naturaleza. Este enfoque le valió el reconocimiento de la comunidad internacional y nacional: El 2014 fue distinguido como el Ambientalista del Año. Anteriormente fue nominado al Premio Príncipe de Asturias  recibió el Premio Nacional del Medio Ambiente - Bárbara D'Achille (1996); dos veces el Premio al Mérito Forestal; el Diploma del Congreso de la República por su contribución a la Ciencia y Tecnología, entre otros.

Siendo ministro, diseñó la Política Nacional del Ambiente y el Plan Nacional de Acción Ambiental (PLANAA, Perú 2011-2021), creó el Programa Nacional de Conservación de Bosques e inició la lucha frontal contra la minería ilegal que depreda los bosques de Madre de Dios,

Su profundo amor por la naturaleza se explica al parecer por su origen rural: Nació en el Pozuzo -3 de junio de 1940- en un hogar modesto de migrantes alemanes, y se educó en la escuela unidocente de Oxapampa, a donde se llegaba entonces solo a caballo o a pie. Pasó su infancia jugando con los niños de la etnia nativa Yanesha y ayudando a su padre a sembrar el campo y criar animales para subsistir.

Al llegar a la adolescencia su padre lo envió a Lima, donde estudió internado en el colegio Salesiano. Años después (1963) se graduó como profesor de secundaria en Biología y Química, en la Normal Superior Salesiana de Chosica. Ejerció el magisterio unos años y luego partió a Alemania, donde se graduó como Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Wusburgo (1973).

Al regresar al Perú ejerció la docencia en la Universidad Agraria La Molina y en la Universidad Nacional San Andrés de La Paz. Fue consultor de la FAO, el PNUD, el BID, USAID y de al menos otros cuatro organismos internacionales. El 2006 fue designado presidente del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM). Por aquellos años se hizo muy conocido por su programa de televisión ecologista La buena tierra.

Antonio Brack Egg ha dejado un legado invalorable al Perú: Su prolífica producción como investigador contenida en 15 libros y más de 200 artículos, su labor productiva y eficiente como ministro y servidor público, y sobre todo su ejemplo de vida como hombre íntegro comprometido con el futuro de su país.