Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Días atrás Edwar Quiroga, el famoso líder de una secta denominada Inkarrislam y conocido marxista radical y antiminero, publicó una carta en la que solicitaba a los funcionarios de la Autoridad Administrativa del Agua de la región Apurímac “sancionar a la empresa minera MMG Las Bambas por utilizar agua sin la correspondiente autorización de los derechos de uso de agua”. Semejante denuncia, y con con tamaños argumentos -que a continuación revisaremos- solo pueden provenir de una persona extremadamente ideologizada como Quiroga
Es evidente que la denuncia del líder islamista carece de fundamento por diversas razones. En la carta dirigida a los funcionarios en Apurímac, Quiroga señala que su denuncia se sustenta en que ha caducado el permiso que MMG solicitó a la referida institución para utilizar las aguas de Pacuchanihuayco. El detalle es que MMG utilizó el agua para un proyecto de proyección social denominado “Mejoramiento de la transitabilidad y atención de emergencia en tramos de ruta nacional y vías vecinales”. Es decir, se ejecutó un proyecto en beneficio de las comunidades aledañas a la zona de influencia. ¿Entonces?
De lo que se trata aquí es de que Quiroga intenta aprovecharse de una situación en la que no existe ningún problema. Pero entonces ¿cuál es el fondo del asunto? Pues sencillo, Quiroga es parte de la estrategia antiminera para liquidar las inversiones privadas en minería.
Quiroga es un operador político conocido, con una larga trayectoria comunista –como él mismo ha señalado–, y no un personaje advenedizo. Vale recalcar que Quiroga ganó más fama semanas atrás, cuando diversos medios de la capital difundieron unos audios en que el líder extremista amenazaba que “si gana Keiko Fujimori ya no hablan las palabras sino los fusiles”. Sus declaraciones deben ser tomadas con atención porque también reveló la estrategia de impugnaciones fraudulentas que luego siguió Perú Libre, en el marco de la segunda vuelta electoral.
Desde aquí hemos seguido con atención todos los pasos y las acciones de Quiroga, quien ha fomentado y participado en varias de las reuniones denominadas “asambleas de los pueblos del Tahuantinsuyo”; una organización separatista que está bien cimentada en varios lugares y regiones del sur peruano. Asimismo, ha participado en el Foro de Sao Paolo, junto a reconocidos líderes de izquierda latinoamericana. Y sobre todo, dirige de un movimiento sui generis: el chiita Inkarri Islam, dedicado a captar jóvenes ofreciéndoles promesas divinas y viajes al exterior (Irán).
Este es el hombre que ahora le pone el ojo a una de las más grandes operaciones cupríferas del mundo, Las Bambas. Las amenazas de Quiroga se deben asumir con seriedad. Que este extremista ahora pretenda desarrollar una campaña contra Las Bambas es parte de una estrategia de liquidación de la minería moderna, que incluye las acciones desarrolladas por otros operadores. Entonces debemos preocuparnos de lo que pueda suceder no solo contra Las Bambas sino también contra otras operaciones mineras del Corredor Minero del Sur. Estemos atentos.
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