Desesperación radical en Cajamarca

Radicales antimineros desarrollan mentiras y relatos sobre lagunas

Los apetitos electorales desbordados de los dirigentes antimineros, y la evidente desesperación de éstos frente al impacto social positivo de las obras de responsabilidad social del proyecto Conga, explican la actual ofensiva radical en Cajamarca y las mentiras en que se sustenta. Esta vez han recurrido a dos  mentiras groseras fácilmente refutables.

La primera está en un vídeo cuyo título lo dice todo, “Yanacocha mata su primera laguna”, divulgado por la ONG Grufides, del partido Tierra y Libertad; y la segunda sostiene que se está destruyendo la laguna El Perol cuando el realidad se están realizando trabajos de prevención de desastres ante la cercanía del fenómeno El Niño. Con esta mentira han convocado en Celendín y Bambamarca a una movilización hacia Conga.

En el video se insinúa -porque no se atreven a afirmarlo- que una laguna adyacente a la de Namococha, en la zona de Conga, habría sido “asesinada” por la minería. Sin embargo, en el video se oculta el nombre de la laguna “victimada” y tampoco se ve alguna obra que pudiera haber ocasionado el supuesto “desastre”, pero la narración describe toda una tragedia ambiental.

Se trata de un montaje burdo, producido al parecer para captar fondos de incautos extranjeros. La laguna supuestamente asesinada se llama Laguna Seca, porque cuando pasan las lluvias, que duran de enero a abril, se va secando hasta que en agosto se queda completamente seca. El vídeo fue grabado adrede en agosto o septiembre.

Son los propios campesinos de Namococha quienes desbaratan la farsa: Amancio Garay, poblador del caserío del mismo nombre afirma lo siguiente: “esta laguna se llama Laguna Seca, en tiempo de lluvia se llena y en tiempo de verano se seca todo el tiempo, quienes vivimos aquí sabemos que eso es así”.

¿En una sociedad democrática se puede mentir y alarmar a los ciudadanos impunemente, como lo hace Grufides? ¿Ha usado Grufides ese video fraudulento para obtener fondos en el exterior? ¿Acaso este caso no merece ser objeto de una investigación fiscal y también de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional?

La segunda nueva gran mentira de los radicales dice que la minera está secando la laguna El Perol para construir la mina, lo cual es falso, tal como lo han constatado los periodistas cajamarquinos que llegaron hasta ese lugar. En un vídeo grabado por éstos se ve que, sobre un gran cerro, se ha formado un grieta que podría ocasionar un deslizamiento de consecuencias fatales cuando lleguen las lluvias. Se está perforando el cerro para ver la consistencia del suelo y, en función de ello, tomar las medidas que impidan la tragedia. Sin embargo, los antimineros están diciéndole a la gente que la laguna está siendo destruida.

Por cierto, en las protestas no participan los pobladores de la zona, sino de pueblos lejanos, según lo confirman los dirigentes de las comunidades campesinas locales. Jeremías Quiliche, presidente de la comunidad de Sorochuco, dice que “son cosas de los antimineros, que dicen que están secando las lagunas, etc.; son mentiras de gente que no vive acá… si los medios quieren saber la verdad que vengan y nos pregunten a nosotros, no a gente extraña”. Y Alejandro Alaya, poblador de Agua Blanca, señala rotundo: “lo que quiere esa gente es llegar a un cargo político”.

Alaya tiene razón, pues quien encabeza la nueva ofensiva radical anti Conga es el jefe de la Plataforma Interinstitucional de Celendín (PIC), Miltón Sánchez Cubas, quien está en campaña para ser congresista, de la mano de Marco Arana, jefe de su partido, Tierra y Libertad. Hace tres semanas, ambos organizaron una caravana electoral en la ciudad de Celendín.

De otra parte, las obras de responsabilidad social de Conga tienen desesperados a los antimineros. Hablamos al reservorio Challhuagón (2.6 millones de metros cúbicos de agua), el reservorio San José (6 millones de m3), los diques de los ríos Rejo y Grande (400,000 m3 cada uno), y 375 reservorios familiares (487,500 m3).

Miles de familias campesinas tienen ahora agua todo el año y no solo en tiempo de lluvias; tienen ahora dos cosechas anuales -en vez de una-, más pasto para el ganado, más producción de leche y la oportunidad de vender esos excedentes o de producir y comerciar lácteos. En suma, están dejando de ser pobres. Estos hechos están echando por tierra la mayor mentira antiminera, que sostiene que la mina le quita el agua al agro y a la ganadería. Por eso están desesperados.