La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Acerca del compromiso que asumirá el Perú en ese foro para proteger la selva amazónica.
La Conferencia de las Partes sobre cambio climático (COP20) que se realiza en Lima analizará la problemática de los bosques del mundo y, como parte de ese proceso, el Perú suscribirá un compromiso para preservar la Amazonía. Sin embargo, esas adhesiones no representarán todos los puntos de vista sobre cómo cuidar los bosques del país. Por ejemplo, llama la atención la exclusión del sector privado y suscita temores sobre la posibilidad de que el Ministerio del Ambiente se comprometa a aplicar una política contraria a las concesiones forestales. ¿Por qué se guarda en secreto el posible compromiso? ¿Se oculta algo acaso?
Al respecto, el experto en el tema Erik Fischer ha alertado que asumir esa postura supondría condenar a la Amazonía a la destrucción de sus bosques al privarla de una herramienta fundamental para contrarrestar las actividades ilegales que ya han destruido ocho millones de hectáreas (Ha): la migración andina agrícola, el narcotráfico y la minería ilegal.
Las concesiones forestales son indispensable para la conservación de los bosques porque al explotarse racionalmente esos recursos se evita la deforestación, se genera empleo y riqueza que reducen la pobreza y promueven desarrollo. Si se explotara solo el 10% de los bosques de producción disponibles, se generarían 400,000 empleos y el Perú exportaría maderas por US$ 5,000 millones.
Sorprende por ello que en la COP20 participen solo instituciones estatales, organismos de Naciones Unidas y redes de ONG ambientalistas radicales, y no esté presente la empresa privada especializada en desarrollo forestal sustentable a través de concesiones. ¿Se puede trazar una estrategia de protección del ambiente marginando a la inversión privada que es el principal freno a la depredación de los bosques?
Está bien que el Perú asuma un compromiso global en protección de los bosques, pero ¿cómo vamos por casa al respecto? ¿Estamos haciendo los esfuerzos suficientes y logrando objetivos reales? ¿Tenemos una mejor gobernanza forestal, funcionan bien las concesiones forestales? ¿Las comunidades nativas han mejorado su calidad de vida mediante la explotación racional de los bosques? Si nada es esto pasa, entonces estamos fracasando.
Está bien que el Perú contribuya a mitigar el cambio climático, pero ¿es eso prioritario en la agenda ambiental del país? Claro que no. De todo el dióxido de carbono que estaría calentando el globo, el Perú aporta apenas el 0,1% y la mayor parte de éste se produce por la quema de bosques a manos de migrantes pobres de la sierra que destruyen para hacer chacras, de los narcos que plantan cocales y de los mineros ilegales que sacan oro.
El daño de esas quemas es mínimo para el clima global, pero enorme para el país como pérdida de recursos naturales y biodiversidad que podrían darnos desarrollo sostenible bajo en carbono, limpio, mediante la explotación racional el bosque tropical. Este debe ser uno de los grandes objetivos de la agenda ambiental: el desarrollo verde, bajo en carbón de la Amazonía, Y esto se logra con inversión privada para impulsar el desarrollo y erradicar la pobreza.
¿Cómo lograrlo? Primero replanteando el proceso de regionalización que ha fracasado - de 24 gobiernos regionales 22 tienen acusaciones de corrupción- , y con apoyo directo del gobierno central a las regiones en capacidades técnicas y presupuestos para promover una agresiva política de concesiones forestales y el desarrollo de infraestructura.
Segundo, revisar las concesiones forestales para que sean manejadas por empresas certificadas que hagan bien las cosas, y tercero darle derechos de propiedad a las comunidades nativas para que también puedan explotar sus recursos naturales.
La COP 20 debiera ser una oportunidad para que el Perú anuncie con transparencia su decisión de impulsar una política de preservación de los bosques a través del impulso a la inversión privada para erradicar la pobreza. Y también para promover en el mundo el consumo de nuestros productos forestales como un manera de ayudar a salvar los bosques de la Amazonía.
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