¡Congreso lanza fuerte golpe al modelo económico!

Nadie puede negar que el sistema privado de pensiones requiere urgentes reformas para generar más competencia entre las administradoras de las cuentas individuales, rebajar comisiones y mejorar pensiones. Es una verdad que no se puede discutir. Sin embargo, se debe precisar también que es imposible que un país en vías de desarrollo goce de pensiones similares a las de los países desarrollados con ingresos per cápita ocho veces mayores que el nuestro. El resto es demagogia sacada del arsenal chavista latinoamericano.

El nuevo Congreso parece haberse embarcado en una carrera demagógica sin límites, más allá del grave error de una AFP de pretender distribuir dividendos en la actual coyuntura. El Legislativo en vez de dedicarse a sus labores de control del Ejecutivo –algo urgente e imprescindible– ha decidido buscar el apoyo del pueblo para futuras justas electorales. Acaba de aprobar que los aportantes a las AFP puedan retirar el 25% de sus cuentas individuales, hasta por tres UIT. Según diversos cálculos los aportantes podrían llegar a retirar hasta S/ 30,000 millones. ¿Qué significa algo así?

Los fondos privados de pensiones acumulan más de S/ 189,000 millones, una cantidad que suma el 25% del PBI. Si se retira S/ 30,000 millones, ¿cuál será la situación de los más de S/ 150,000 millones restantes que permanecerían en las cuentas individuales? No se necesita ser economista para saber la respuesta. Es evidente que el valor de las cuentas se reducirá considerablemente, porque las acciones de las AFP caerán como sucede ante cualquier descapitalización. 

¿Estamos ante un problema menor? De ninguna manera. Carlos Adrianzén, economista y columnista de El Montonero.pe, acaba de señalar que de una fuerza laboral total de 21 millones de peruanos, 4.8 millones pertenecen a la ONP y 7.5 millones a las administradoras privadas. Es decir, cerca de la mitad de trabajadores ni siquiera sueña con la posibilidad de una pensión.

¿Qué significa descapitalizar el sistema privado de pensiones? Preparar el regreso al sistema de reparto estatal que ha servido a los chavismos, a los populismos y los demagogos de América Latina para saquear el dinero de los jubilados y destinarlos a obras faraónicas y al clientelaje que sirve para la elección de los caudillos populistas. ¿Por qué? Porque en el sistema estatal de reparto el único dueño del dinero de los trabajadores es el Estado. Punto.

Pero existe otro terrible problema. En el sistema estatal de reparto existe un fondo común del que se paga a todos los jubilados. Y ese fondo se sustenta en el aporte de los trabajadores activos. ¿Cuál era el problema estructural de ese modelo antes de la pandemia del Covid-19? Que en la medida de que la longevidad aumentaba debido al desarrollo de los sistemas de salud y las ciencias médicas, en el sistema estatal había cada vez más jubilados que trabajadores que aportan. El déficit para pagar a los jubilados era enorme y los estados aumentaban los huecos fiscales y las deudas públicas para financiar las pensiones. La única salida era avanzar hacia los sistemas previsionales basados en cuentas individuales y administrados por entidades privadas. 

En este panorama, casi nadie puede entender la decisión del Congreso con respecto al sistema privado de pensiones, excepto por una decisión de ganarle al Ejecutivo en popularidad. De una u otra manera, los políticos en el Perú parecen haberse ingresado a una carrera desbocada por el aplauso popular, mientras el Estado comienza a naufragar en la lucha contra la pandemia del Codiv-19 y la economía se enrumba hacia una de las peores tormentas de nuestra historia. Difícil de entender.