Cajamarca: segunda vuelta y minería

En Cajamarca los candidatos Walter Benavides, de Alianza para el Progreso (APP) —que obtuvo en la primera vuelta electoral el 23.42% de los votos válidos—, y Mesías Guevara, de Acción Popular (AP) —que alcanzó el 21.40%—, disputarán la gobernación de la región en la segunda vuelta electoral del 9 de diciembre.

Cajamarca es una región con 55% de su población en condición de pobreza —una de los mayores porcentajes del país—, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Los jóvenes que estudian carreras universitarias relacionadas con las actividades mineras están decepcionados de no encontrar empleo, existiendo en su región numerosos prospectos mineros pendientes: Galeno, Quilish, Río Tinto, La Granja, Shahuindo y Conga, entre otros. Estos proyectos suman alrededor US$ 16,000 millones de inversiones que convertirían a Cajamarca en uno de los departamentos más prósperos del país. En ese contexto, el proyecto cuprífero Michiquillay se constituye en esperanza para el desarrollo regional.

Michiquillay es un proyecto de clase mundial, con US$ 2,500 millones de inversión, que producirá 225,000 toneladas de cobre por año, además de oro, plata y molibdeno. Antes de la adjudicación por parte del Estado, en febrero pasado, se realizó un largo proceso de socialización y de intensas reuniones —talleres informativos y participativos— en las comunidades La Encañada, Baños del Inca, Namora y Llacanora.

El proyecto consiguió su “licencia social” debido a la activa participación de los pobladores. Sin embargo, la amenaza persiste. Los radicales antisistema no cejan en su esfuerzo por detener la inversión. Antes de febrero pasado, intentaron detener sin éxito la adjudicación del proyecto, pero fueron rechazados por la población; sobre todo por los más jóvenes, que participaron en todos los talleres en que se difundieron las ventajas del proyecto.

En este contexto vale preguntarse, ¿perdió la izquierda antiminera en Cajamarca? ¿El protagonismo del ambientalismo ideológico está en retroceso? ¿Los candidatos que disputarán segunda vuelta electoral garantizan el desarrollo de Cajamarca? Veamos.

APP ha logrado cinco alcaldías provinciales de un total de 13. En las distritales obtuvo 46 de 114. Por su lado, AP solo ganó en dos provincias y 12 distritos. Es evidente que ambos partidos no responden a las orientaciones anti inversión del radicalismo; sin embargo, no han expresado un compromiso claro a favor de los proyectos mineros.

Por ejemplo, el candidato Guevara (de AP) se esforzó por aclarar que el proyecto Conga “es inviable”, señalando la necesidad de trabajar por “un nuevo modelo de desarrollo sostenible”. Incluso rebatió las declaraciones de Alfredo Barnechea, ex candidato presidencial de AP, quien en una visita a la región, señaló la necesidad de “aprovechar los recursos naturales, especialmente mineros”. No obstante, Mesías aclaró: “AP no es el partido del sector minero”. Como se aprecia, las cosas no están claras con respecto a la minería, a menos que semejantes declaraciones formen parte de estrategias electorales.

La reactivación de la economía y la lucha contra la pobreza se sustenta en las inversiones privadas que ofrecen nuevos puestos de trabajo. En el caso de Cajamarca, el despegue económico y social depende tanto del sector minero como del sector agropecuario, al que se dedica más del 55% de la Población Económicamente Activa. Incluso el turismo es capaz de movilizar a distintos sectores productivos relacionados con pequeños emprendimientos locales que favorecen a la economía de los pobladores. Sin embargo, sin inversiones mineras todo entra en recesión y la pobreza se dispara, tal como sucede hoy en Cajamarca.