¡Alerta nacional! ¡Las Bambas es una bomba de tiempo!

En precisos momentos en que la libra de cobre supera los US$ 4, Las Bambas (MMG), la megaoperación cuprífera más grande del Perú y que aporta cerca del 1% al PBI, es una bomba de tiempo social que puede explotar en cualquier momento. No hablamos entonces de cualquier mina, sino de una que resulta vital para persistir en cualquier estrategia de reducción de pobreza.

La situación social de la mina más grande del Perú se complica en tres frentes. El primero tiene que ver de manera directa con la comunidad de Pumamarca. ¿Qué sucede? Pues entre el 26 y 28 de febrero pasado más de 300 comuneros ingresaron a la fuerza y se posesionaron de un predio de más de 1,000 hectáreas que le pertenece a la minera, incluso construyeron allí pequeñas chozas de pastoreo. La ilegal posesión de los pobladores se debe a que el Juzgado Mixto de Cotabambas, a inicios de febrero pasado, archivó un proceso judicial en el que se exigía se declare la nulidad de la compra-venta del predio, realizada en el 2011; es decir, 10 años atrás. En marzo de ese año MMG compró las 1,000 hectáreas y el acto fue aprobado por la propia asamblea general de la comunidad campesina. Por esas consideraciones, el predio está inscrito a nombre de MMG en el Registro de Propiedad Inmueble de Abancay. 

No obstante, los reclamantes –asesorados por abogados que, de una u otra manera, estarían vinculados a los hermanos Chávez Sotelo, acusados por el Ministerio Público de extorsionar a Las Bambas– han decidido crear este conflicto artificial, que agrava la situación de la mayor mina del Perú. Hoy los 300 reclamantes continúan usurpando las 1,000 hectáreas y han amenazado con no retirarse de allí hasta que el Poder Judicial anule la compra-venta. En otras palabras, la Constitución y las leyes convertidas en letra muerta por la violencia de minorías radicales.

El segundo frente está relacionado con un grupo de empresarios locales en Challhuahuacho. Como se sabe, en la etapa de construcción de Las Bambas, la política de responsabilidad social de la empresa consistió en apoyar a los emprendimientos locales, sobre todo en los rubros de alimentación y hospedaje. En la etapa de construcción, miles de obreros y trabajadores de Las Bambas y el personal de las contratistas se alimentaban en los restaurantes y dormían en hoteles locales. 

En la siguiente etapa de operación se redujo el personal de la operación minera, así que no hubo necesidad de contratar los servicios locales. Hoy existen 36 asociaciones que involucran a 600 empresarios del rubro hotelero que exigen que Las Bambas alquile sus instalaciones. No solo eso, existen 6,000 camas disponibles y los funcionarios de Las Bambas han anunciado que solo pueden alquilar alrededor de 500. A pesar de que se han creado comisiones entre ambas partes, el fantasma de una paralización en Challhuahuacho está presente, a menos que Las Bambas alquile todas las camas disponibles.

El tercer frente está en la comunidad de Chumille, en el área de influencia directa de Las Bambas. ¿Qué sucede? El caso se remonta al año 2019, cuando el ex presidente Martín Vizcarra anunció la compra masiva de terrenos para la construcción de una carretera nacional en el corredor minero. Con ese objeto, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones compraría todos los predios ubicados en las inmediaciones para la construcción de la carretera. Hoy cientos de pobladores han cercado los terrenos adyacentes al proyecto de carretera con objeto de vender los predios. El anuncio de Vizcarra ha generado tal expectativa que los comuneros exigen que Las Bambas compren sus terrenos. 

Como se aprecia con absoluta claridad los fracasos que el Estado acumula en todos los frentes y la desleal conducta de las corrientes colectivistas y comunistas comienzan a estrangular las inversiones que financian al Perú Basta señalar que, por cada día de paralización, Las Bambas pierde alrededor de S/ 6 millones. 

Los comunistas empiezan a imponerse sin haber ganado una sola elección.