Editorial Educación

Retos de la educación superior

Convergencia de esfuerzos del Estado y el sector privado

Retos de la educación superior
  • 27 de octubre del 2019


En la conferencia “Importancia de la iniciativa privada en la educación superior”, organizado por la
Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (FIPES), con motivo de su décimo aniversario, Fernando Barrios (Universidad Continental) destacó la competencia y la colaboración que han generado las universidades privadas en la educación superior. 

Con la Constitución de 1993 y la reducción de la pobreza de la población —de 60% a 20%—, surgen las primeras generaciones de estudiantes universitarios en la nueva y extendida clase media nacional. Nuevos estudiantes universitarios, provenientes de familias que nunca asistieron a claustros superiores, acuden a las universidades para, por medio de la educación, resolver sus problemas y necesidades. 

Hasta antes de los años noventa, la educación superior era claramente elitista. Dos tercios de la matrícula era atendido por la universidad pública y un tercio por las privadas. Existía una universidad para pobres (públicas) y otra para ricos (privadas) con pensiones inalcanzables. En 1995 el Gobierno peruano, con el apoyo del Banco Mundial (BM), promovió la iniciativa privada en la educación superior y los resultados están a la vista: dos tercios de la matrícula lo absorbe el sector privado y un tercio el público. La competencia entre las universidades privadas ha generado oferta y calidad accesible a las nuevas clases medias.

No obstante la lógica corporativista del Estado y sus procesos de regulación y dominio, la competencia e innovación de las universidades privadas logran resultados asombrosos. Por ejemplo, el empleo universitario calificado, que era un 14% en 2014, alcanza ahora al 18%. Con todo lo avanzado, los retos son todavía tremendos en este siglo XXI, caracterizado por las sociedades globalizadas y comunicadas. ¿La educación superior peruana está preparada para ofrecer soluciones integrales frente al avance de la robótica, genética, longevidad de la población, la globalización y las características propias de las sociedades cada vez más abiertas y competitivas? ¿Qué hace el Estado frente a la IV Revolución Industrial, que transforma a los países de la cuenca del Pacífico asiático convirtiéndolos en modelos de desarrollo? 

Con la expansión del conocimiento y la sistematización de la producción cambian las estructuras sociales. La tendencia educativa global depende del conocimiento adquirido a través de las tecnologías digitales y a distancia. La escuela presencial quedó en el siglo pasado. Los estudiantes aprenden de sus profesores convertidos en youtubers influencers por medio de sus cuentas digitales. Es decir, la transformación mundial de la educación es una realidad, orientada hacia la diversidad y a las preferencias de los estudiantes. ¿Perú está insertado en estas tendencias globales?

Los expositores de la conferencia organizada por FIPES coincidieron en la necesidad de realizar esfuerzos conjuntos, promoviendo alianzas público-privadas entre universidades con el fin de resolver los problemas que afecta a la sociedad. La gestión de la universidad, sobre todo la pública, no puede limitarse al presupuesto, la sede y la certificación burocrática; más bien se deberían ampliar la competencia y la innovación tecnológica. 

¿El Gobierno promueve cambios o se limita a otorgar patentes de corso rígidos y estáticos, en lugar de proponer políticas flexibles y dinámicas acordes con el mundo de hoy: multimodal, veloz y cambiante? En ninguna reforma educativa hay espacios para las regulaciones, limitaciones y homogeneización. Nada de esto existe en la mentalidad de los jóvenes de hoy. ¿El Perú estará preparado para ofrecerles a los egresados universitarios las titulaciones digitalizadas y globalizadas que se avecinan?

Para el rector de la UNMSM, Orestes Cachay, la responsabilidad de la universidad es la investigación con responsabilidad social. “La academia proporciona alternativas a la sociedad”, señala. Según José Dextre, presidente del Grupo Educad, la universidad peruana debe salir de su zona de confort y esforzarse por el desarrollo de la calidad y del conocimiento. 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la promoción de la confianza mutua entre los estudiantes y las instituciones públicas fomenta el respeto por el Estado de derecho y la relevancia del principio de legalidad en la sociedad, principio fundamental de la FIPES. No por nada, según el ranking de América Economía, en 2019, de las 16 mejores universidades del país, seis de ellas surgieron desde 1994 y están asociadas a la FIPES.

  • 27 de octubre del 2019

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