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El Perú ha consolidado en las últimas décadas su posición como un actor clave en la agroexportación mundial, con productos como la uva, la palta y los arándanos liderando los mercados internacionales. Sin embargo, el crecimiento sostenible del sector agrario depende de dos pilares fundamentales: la expansión de tierras cultivables mediante proyectos hídricos y una legislación agraria que incentive la inversión y modernización del agro. En ese sentido, proyectos de irrigación como Chavimochic III y Majes Siguas II, junto con una nueva Ley de Promoción Agraria, se presentan como elementos cruciales para el desarrollo de la agricultura y la competitividad del Perú en el mercado global.
El proyecto Chavimochic III es una de las iniciativas de irrigación más importantes del país, desbloqueado tras una década de paralización. Con sus tres fases completadas, se habilitarán hasta 180,000 hectáreas de tierras cultivables, lo que lo convierte en uno de los proyectos agrícolas más grandes del mundo. Específicamente, en su última fase, mejorará la irrigación de 48,000 hectáreas y sumará 63,000 hectáreas de nuevas tierras agrícolas en los valles de Chao, Virú, Moche y Chicama, en la región La Libertad. Esta expansión permitirá la creación de 150,000 empleos productivos y contribuirá al incremento de agroexportaciones, con una proyección de ventas anuales superiores a los US$ 10,000 millones.
Además, otro gran proyecto es Majes Siguas II, ubicado en la región Arequipa, que se reactivó tras un acuerdo clave entre el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el Gobierno Regional de Arequipa. La transferencia de la responsabilidad de ejecución al gobierno central aseguró el reinicio de las obras, con una inversión estimada en S/ 7,730 millones. Este proyecto permitirá la irrigación de 40,000 hectáreas adicionales, que se sumarán a las 16,000 hectáreas actualmente productivas del proyecto Majes Siguas I, transformando a Arequipa en un polo de desarrollo agroindustrial.
La ejecución de Majes Siguas II también contempla la instalación de dos centrales hidroeléctricas, Lluta y Lluclla, que fortalecerán la sostenibilidad energética de la región. Durante su construcción, se prevé la generación de más de 83,000 empleos, mientras que en su fase operativa se crearán alrededor de 80,000 puestos de trabajo permanentes. Estos impactos económicos y laborales consolidarán a Arequipa como un eje estratégico en la agroexportación nacional, permitiendo ingresos anuales estimados en S/ 4,300 millones.
Uno de los aspectos más relevantes de Majes Siguas II es su potencial para modernizar la estructura agraria del Perú. Actualmente, el 95% de las tierras agrícolas del país están fragmentadas en minifundios menores a cinco hectáreas, manejadas por más de dos millones de pequeños agricultores que practican una agricultura de subsistencia. Con la implementación de tecnologías avanzadas y la promoción de una agricultura tecnificada y a gran escala, Majes Siguas II podría generar un cambio estructural en la competitividad del sector, impulsando la eficiencia y la productividad de la agricultura peruana.
Pese a los avances en infraestructura agrícola, el sector enfrenta un obstáculo significativo: la ausencia de una Ley de Promoción Agraria que incentive la inversión y el desarrollo sostenible. La derogación de la Ley 27360 en 2020 generó un vacío legal que ha afectado a los pequeños y medianos productores, quienes carecen de incentivos tributarios y acceso a créditos. La falta de infraestructura hídrica, carreteras y programas de asociatividad han obstaculizado el desarrollo del agro, frenando su potencial de crecimiento y reduciendo las oportunidades de desarrollo económico en el sector rural.
La aprobación de una nueva Ley de Promoción Agraria es crucial para consolidar el crecimiento del agro peruano. Existe una propuesta legislativa, en debate en el Congreso, que contempla beneficios fiscales para los pequeños productores, como la exoneración del impuesto a la renta para quienes generen hasta S/ 154,300 (30 UIT) anuales y una tasa reducida del 1% para aquellos con ventas de hasta S/ 721,000 (110 UIT). Además, se plantea un régimen de 15% en el impuesto a la renta para el sector agrario entre 2025 y 2035, junto con créditos tributarios por inversiones en tecnología, capacitación y modernización del agro. Estos incentivos contribuirán a fortalecer la competitividad de los agricultores y a dinamizar la economía agrícola.
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