Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Sobre los cuestionamientos demagógicos al Sistema Privado de Pensiones
A propósito de la derogatoria por el Congreso de la ley que establecía aportes obligatorios de los trabajadores independientes al sistema previsional, en las últimas semanas arreció una campaña inclemente contra el Sistema Privado de Pensiones (SPP). Se sostuvo que el SPP había sido incapaz de ampliar la cobertura previsional, como si la responsabilidad de la informalidad del 65% del empleo fuera de las AFP. Se sostuvo que las pensiones eran tan ínfimas que no había diferencia con las del Sistema Nacional de Pensiones (SNP) tomando ejemplos aislados de algunos casos que evidentemente existen.
¿Cuál es la madre del cordero de esta campaña contra las AFP? Quizá en algunos sectores haya una legítima demanda por formalidad y acceso a la cobertura previsional, pero las críticas deben dirigirse a otro lado: a la legislación laboral que impide la formalización. Pero quizá haya también un sueño kirchenerista, tal como sucedió en la Argentina, de apropiarse de un fondo privado que hoy maneja 108 mil millones de soles.
En un análisis reciente de la rentabilidad de los instrumentos financieros del mercado peruano, elaborado por la consultora independiente MC&F, se desmiente categóricamente a quienes buscan desacreditar al SPP. El mencionado informe precisa que los tres fondos de ahorro previsional del SPP (Fondo 1, Fondo 2 y Fondo 3) registraron una rentabilidad promedio de 9.9% en el período Agosto 2013-Agosto 2014, seguidos de las letras y bonos del Tesoro, que tuvieron un rendimiento de 9.7% cada uno. Por separado, el Fondo 1 rindió 9.1%, el segundo 11.2% y el tercero 9.3%. Además, por tipo de moneda, los ahorros en soles tuvieron mejores resultados que los de dólares.
El análisis también indica que los tres fondos de pensiones del SPP se ubicaron entre los diez instrumentos financieros que tuvieron las más altas ganancias en el último año. Tales resultados demuestran que, con todos sus defectos, el SPP es la mejor alternativa de ahorro previsional para los trabajadores, frente al estatal Sistema Nacional de Pensiones, que está técnicamente quebrado y que se mantiene de pie solamente porque el Estado lo subsidia. Vale la pena recordar las diferencias entre ambos sistemas.
El SNP es un fondo común al que los trabajadores aportan para que, al final de su vida laboral, el Estado les asigne una pensión de jubilación que por lo general es pobre. Al estar dichos ahorros en manos del Estado, corren el riesgo de ser tomados por éste con fines políticos, como ya ha ocurrido en Perú y América Latina. En los años 60, 70 y 80, el Estado peruano dispuso de esos fondos para otros fines y después no los repuso, dejando un forado enorme en el SNP que hasta ahora es arrastrado y que determinó que miles de jubilados cobren hoy pensiones miserables. Esta experiencia terrible y la necesidad de modernizar el país fueron decisivas para crear el SPP.
En el Sistema Privado, cada trabajador es dueño de su ahorro y lo tiene depositado en una cuenta personal que es manejada por la AFP que él elige, la cual invierte esos recursos en instrumentos de inversión rentables que garantizan ganancias. De esta manera el ahorro del trabajador, además de estar más seguro, crece y se multiplica, con lo cual se asegura una pensión superior a la que le daría el SNP, excepto cuando el trabajador tiene un menor horizonte de vida laboral que limita su capacidad de ahorro. Por eso la reforma permitió que esos trabajadores se trasladaran al SNP.
El Sistema Privado es además una fuente de ahorro interno y financiamiento del desarrollo, pues las AFP también invierten parte de su fondo en proyectos de inversión en infraestructura y otros que sean rentables. En 20 años de existencia el SPP ha acumulado un fondo de más de 108 mil millones de soles, según cifras oficiales de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP.
Quienes añoran el monopolio del Estado en materia previsional, tratan de demonizar a las AFP alegando que estas “hacen negocio con el dinero de los trabajadores” y que cobran “comisiones excesivas”. Sin embargo ocultan que el ahorro del trabajador gana una rentabilidad alta que no tendría en el SNP, y también ocultan que el sistema es supervisado por la Superintendencia de AFP que vigila permanentemente las inversiones y comisiones. Por lo demás ¿Qué tiene de ilegítimo que una AFP que le hace ganar rentabilidad al trabajador cobre una comisión por su trabajo?
Es evidente que los ataques desde la izquierda al SPP son políticos y que sus argumentos son populistas y demagógicos, pues pretenden eliminar un sistema que beneficia a los trabajadores, para restaurar el modelo estatista que se apropia de los ahorros previsionales para dilapidarlos con fines políticos, y condena así al trabajador a vivir una vejez miserable.
(09/09/2014)
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