Editorial Economía

El Gobierno se pone en modo anti industria alimentaria

Comunicador Elmer Huertas en feroz campaña

El Gobierno se pone en modo anti industria alimentaria
  • 15 de mayo del 2018

 

El Ejecutivo parece ser llevado de las narices por el comunicador Elmer Huertas quien, aprovechando su condición de reconocido y prestigioso oncólogo, se ha lanzado en una campaña feroz e irreflexiva en defensa de los octógonos prohibitivos para las etiquetas de los alimentos industriales. Este tipo de etiquetado es promovido por las ONG de izquierda y los especuladores internacionales (con el mismo software de los sectores antimineros) que buscan quebrar la industria de alimentos en América Latina con objeto de comprar a precio de remate.

Huertas, en la práctica, junto a las supuestas asociaciones de consumidores, presiona a diestra y siniestra para que el Ejecutivo promulgue el sistema de octógonos sin importar que el Legislativo haya aprobado el sistema de semáforos para el etiquetado de alimentos industriales. No le interesa el debate.

Como se sabe, desde el sector Salud, hoy colonizado por las ONG de izquierda, se propuso el sistema de octógonos para las etiquetas industriales, que solo alertan de los niveles altos de en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. Esta propuesta solo se ha implementado en Chile como resultado de la ofensiva ideológica y cultural de la izquierda mapocha antes del triunfo de Sebastián Piñera. Sin embargo, Huertas y las asociaciones de consumidores señalan que este sistema funciona en el mundo entero. Absolutamente falso.

Ante la propuesta izquierdista, el Congreso aprobó el sistema de semáforos para las etiquetas de alimentos industriales que —en base a los colores rojo, amarillo y verde- señala qué productos tienen niveles alto, medio o bajo en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. El sistema de semáforos sigue las principales recomendaciones del Codex Alimentarius —ratificado por 188 países— que establecen que las etiquetas de los alimentos industriales no deben causar temor. Los octógonos solo causan pánico y desalientan las lecturas de las etiquetas, tal como lo señala el estudio de la profesora Liliana Alvarado, de la Universidad de Harvard. Algo más. Todos los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tienen el sistema de etiquetas informativas o el sistema de semáforos para sus productos industriales.

La defensa de Huertas de los octógonos se está convirtiendo en todo un caso, por decir lo menos. En el artículo “La obesidad de los ricos y los pobres”*, publicado en El Comercio (5/11/2015), el mencionado galeno señala lo siguiente:

“Al respecto, qué envidia con el Ecuador, amable lector. Ellos tienen un sistema clarísimo de etiquetado de alimentos industriales, el cual está basado en un simple semáforo de luz verde, ámbar y roja para darse cuenta del contenido de sus ingredientes. Entristece también que las industrias peruanas que comercializan sus productos en el Ecuador tengan esas claras etiquetas para nuestros vecinos del norte, mientras que al mismo tiempo la niegan para su propia gente”.

¿Qué sucedió doctor Huertas? ¿Por qué el sistema de semáforos era bueno para Ecuador y el Perú dos años atrás y ahora no? ¿Acaso con los semáforos no se quebró a la industria ecuatoriana?

Pero eso no es todo. El doctor Huertas señaló que, en una reunión de la FAO, en Jamaica, el Perú había sido considerado el tercer país con mayor obesidad en América Latina. No existen conclusiones de ese tipo en ese evento. Lo que sí existe es el señalamiento que el Perú es el cuarto país de la región con mayor anemia infantil (43.6% de los niños). ¿No hay una frivolidad extrema en estas campañas en base a imprecisiones, otra vez, por decir lo menos? La anemia infantil avanza y algunos pelean contra molinos de viento.

Ni las experiencias de los países desarrollados —con los mejores sistemas de salud y la mayor esperanza de vida—, ni las investigaciones académicas, ni las cifras de los organismos internacionales justifican la propuesta de los octógonos y la demoledora campaña contra la industria alimentaria. ¿Qué intereses se defiende? Todo parece indicar que sucede lo mismo que con las inversiones de cobre en el Perú: los especuladores mundiales del metal rojo financian a las ONG de izquierda con objeto de paralizar la producción nacional y conseguir mejores precios en la bolsa. Es la única manera de entender la feroz campaña antiminera con argumentos ecológicos. Ahora se viene el argumento del azúcar.


*https://elcomercio.pe/blog/cuidatusalud/2015/05/la-obesidad-de-los-ricos-y-los-pobres

 

  • 15 de mayo del 2018

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