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Después de más de dos décadas de espera y trabajo constante, la Arquidiócesis de Arequipa -con el respaldo del Grupo Gloria y la sociedad arequipeña- está lista para inaugurar oficialmente el nuevo Santuario de la Virgen de Chapi, en una ceremonia que marcará un hito en la historia de la fe mariana en el Perú. El evento se realizará este sábado 14 de junio a las 11:00 a. m. y estará presidido por el arzobispo de Arequipa, Monseñor Javier Del Río Alba.
La dedicación del templo, considerado el más grande del país, será un acto profundamente simbólico que no solo celebra una hazaña arquitectónica, sino también la devoción de generaciones de fieles que han mantenido viva la fe en la Virgen de Chapi, protectora espiritual de Arequipa.
El evento contará con la presencia del obispo auxiliar, Monseñor Raúl Chau; el vicario general, P. Alberto Ríos Neyra; el vicerrector del santuario, P. Samuele Patat; sacerdotes de toda la arquidiócesis, seminaristas, autoridades locales y regionales, así como representantes de parroquias, movimientos laicales y comunidades religiosas. La ceremonia será transmitida en vivo a través de las redes sociales del Arzobispado y del propio santuario.
Una devoción con raíces profundas
La historia de la devoción a la Virgen de Chapi se remonta a los siglos XVII y XVIII, cuando los primeros fieles comenzaron a venerarla en una humilde ermita situada en el desierto de Polobaya, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Arequipa. Con el paso del tiempo y el crecimiento del número de peregrinos, se construyó una capilla y, posteriormente, un templo más amplio.
Sin embargo, este fue seriamente dañado por el terremoto del 2001 y quedó inhabilitado para el culto. Ese desastre marcó un punto de inflexión. Desde entonces, se comenzó a gestar la idea de construir no solo un nuevo templo, sino todo un complejo pastoral capaz de acoger adecuadamente a los miles de fieles que cada año se trasladan, a pie o en caravana, hasta el santuario. Fue en 2006 cuando se definió formalmente el proyecto actual: levantar un santuario moderno, funcional y digno de la devoción que la Virgen de Chapi inspira en todo el sur del país.Y para ello se contó con la generosa participación del sector privado; especialmente del Grupo Gloria, empresa emblemática de la región, que a través de su empresa Cementos Yura tuvo un protagonismo central en la construcción de esta monumental obra.
El templo más grande del Perú
El nuevo santuario ocupa un terreno de 50,000 metros cuadrados y puede albergar a 4,500 personas dentro del templo principal. Su diseño incluye un ábside decorado con 658 metros cuadrados de mosaicos que retratan siete escenas clave de la vida de la Virgen María, elaborados con gran detalle artístico y espiritual.
En su interior se encuentran el baptisterio y tres capillas: la del Santísimo Sacramento, la de la Sagrada Familia y la destinada a la entronización de la imagen de la Virgen de Chapi, que será trasladada de su lugar anterior a este nuevo espacio de veneración.
La explanada exterior tiene capacidad para recibir a más de 30,000 personas, convirtiéndose en un punto neurálgico para las celebraciones masivas, especialmente en fechas clave como el 1 de mayo, cuando se realiza la tradicional peregrinación al santuario.
Un complejo pastoral al servicio del peregrino
El proyecto va más allá del templo. El nuevo complejo cuenta con instalaciones pensadas para el bienestar y la atención de los peregrinos. Entre ellas, destacan el Museo del Niño Cimarrón —dedicado a la historia y cultura religiosa de la zona—, una capilla de velas, una santería, un pabellón de acogida, estacionamientos, servicios sanitarios y una casa sacerdotal.
Todo ha sido diseñado con la intención de brindar una experiencia de recogimiento, fe y comunidad. Se busca que el santuario no sea solo un lugar de paso o una meta de peregrinación, sino un verdadero centro espiritual, capaz de ofrecer formación, acompañamiento pastoral y hospitalidad.
Una invitación a renovar la fe
“Este santuario es el fruto de la fe de un pueblo que nunca dejó de confiar en su Madre”, ha declarado Monseñor Del Río Alba en entrevistas previas. “Es también una llamada a renovar nuestro compromiso cristiano, a vivir la fe con más profundidad y a caminar juntos como Iglesia”.
La dedicación del santuario marca el inicio de una nueva etapa para la religiosidad popular en Arequipa. Ya no se trata solo de un sitio de culto, sino de un referente regional que, con su magnitud y belleza, también pone en valor la identidad espiritual del sur peruano.
Con esta inauguración, la Virgen de Chapi tiene, por fin, un hogar a la altura de su legado. Y Arequipa, un símbolo monumental de su fe.
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