¿Y si nunca nos independizamos de un rey de España?

Acabamos de celebrar un nuevo aniversario de nuestra independencia y el mensaje que nos repiten desde el colegio es que fuimos liberados de la tiránica monarquía de España. Pero se han preguntado ¿qué pasaría si ese mensaje no fuera verdad?, ¿venimos repitiendo un discurso usado para justificar la gesta independentista?, ¿en verdad nos independizamos de un rey de España? Estas son fuertes declaraciones que para entenderlas deben ser analizadas en su contexto histórico. Un contexto que no nos cuentan en los cursos de Historia del colegio.

Alguna vez se han preguntado ¿qué sucedía en España en la época que se dieron las campañas independentistas de Sudamérica? Si hacen una rápida búsqueda en Internet sobre la situación de España en 1810, año en el que se inició la Revolución de Mayo en Argentina, encontraremos que España atravesaba un período denominado Guerra de la Independencia Española. Así es, España estaba peleando su propia guerra de la independencia.

Todos conocemos las guerras napoleónicas que se extendieron por toda Europa, pero nunca nos enseñaron cómo estas guerras influyeron en nuestros procesos de independencia. En el año 1808 las tropas de Napoleón ingresan a España y obligan al rey a abdicar de la corona en favor del hermano de Napoleón, José Bonaparte, el cual pasaría a la historia conocido popularmente como Pepe Botella. Y si bien los reinos de Sudamérica eran leales a la corona española hasta ese momento, no habían prestado juramento a Pepe Botella y, por lo tanto, no había ningún motivo de guardarle lealtad. De hecho las primeras Juntas de Gobierno instaladas en Sudamérica se hicieron en rechazo a esta nueva monarquía francesa.

Pepe Botella reinó en España entre 1808 y 1813, lapso en que los españoles lucharon contra el invasor francés en su propia guerra de independencia. En Sudamérica se aprovechó esa situación para librar sus propias batallas de la independencia contra España. Esta situación duró hasta el año 1814, cuando el rey Fernando VII retomó el poder, disolvió las Cortes de Cádiz y restauró el régimen absolutista.

Esto no cayó bien a los liberales, y en 1820 se da un pronunciamiento militar a cargo del coronel Rafael del Riego, quien gobernaría España entre los años 1820 y 1823. Este periodo es conocido como el trienio liberal. Se llamó así pues en este periodo se instauró en España una de las constituciones más liberales en Europa, para la época. Es en este periodo cuando precisamente San Martín ingresó a Lima y proclamó la independencia. Como hemos visto, no había un rey gobernando en España entre esos años, sino un militar de corte liberal.

El libro La República inconclusa afirma que siendo el Perú uno de los países más leales a la Corona española, cambia su posición y los criollos de la época deciden apoyar a San Martín por temor a que la constitución liberal española llegue al Perú. Recordemos que el Perú era uno de los países más conservadores de la época, y lo sigue siendo hasta el día de hoy.

Así que el motivo final que determinó nuestra independencia no fue rebelarnos ante el rey de España, sino rechazar la Constitución liberal impuesta por un militar subversivo. Es por eso que podemos afirmar el día de hoy que nunca nos llegamos a independizar ante un rey, por el sencillo motivo de que en los años que se gestó la independencia no había un rey en España, sino primero un invasor francés y luego un militar rebelde.

Tal vez si estas historias nos las enseñaran en el colegio nos ayudarían a reconciliarnos con nuestra Historia y disminuir los resentimientos que aún brotan hasta el día de hoy al hablar de la independencia. Pongámonos a pensar que tal vez esos resentimientos no son contra hechos históricos, sino más bien provocados por la leyenda negra y el discurso político que nos han vendido.