Venezuela a pocas horas de...

La lucha por la libertad no tiene fin, y debe desarrollarse en diferentes planos y escenarios. Las tiranías pretenden perpetuarse haciendo uso de la violencia, el secuestro, la tortura, la desaparición, la muerte y el exilio de sus opositores.

Venezuela hoy libra una lucha por la libertad, teniendo como protagonistas a María Corina Machado y Edmundo Gonzalez Urrutia. El fraude electoral del pasado 28 de julio alteró de manera grotesca los resultados que fueron ampliamente favorables al candidato de la oposición, Edmundo González. El vocero del Consejo Nacional Electoral no tuvo ningún pudor en ofrecer resultados a la medianoche de ese día, sin exhibir ninguna de las actas de las mesas de sufragio instaladas en todo el país. Por el contrario, la oposición ha publicado más del 90% de las actas correspondientes a las mesas instaladas. Más aún, esas actas han sido "colgadas" en la web y puestas a disposición de la comunidad internacional. Por su parte el Centro Carter, en su condición de observador internacional, emitió un Informe técnico, señalando las graves irregularidades durante la etapa previa y durante el desarrollo de los comicios generales.

Nicolás Maduro hoy es cuestionado por la Corte Penal Internacional, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por los estamentos de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Es virtualmente "un paria internacional" que se apoya en los órganos de represión regulares e irregulares que actúan con total impunidad, con la protección del gobierno.

Hugo Chávez pretendió cumplir un papel mesiánico, y se sintió capaz de solventar a partidos políticos de su línea ideológica en América Latina. A la vez financió a movimientos guerrilleros establecidos en Colombia e incluso apoyándose en la bonanza financiera de su país, inyectó liquidez a la economía argentina, entrampada a inicios del siglo XXI por impagables obligaciones con el sistema financiero internacional y por haber concluído abruptamente el Plan de Convertibilidad puesto en marcha durante el gobierno de Carlos Menen. Los lazos entre Hugo Chávez y los Kirchnert (Néstor y Cristina) fueron estrechos. 

Hugo Chávez se sintió un discípulo de Fidel Castro, e hizo posible que la dictadura de la Habana sobreviviera luego del colapso de la URSS. La forja del castrochavismo y del "socialismo del siglo XXI" teniendo al Foro de Sao Paulo como referente, pretendieron convertirse en una alternativa redentora para todos los pueblos de América Latina. 

Hugo Chávez tenía el propósito de gobernar indefinidamente Venezuela. Su muerte ocurrida en el 2013 permitió que la influencia de la inteligencia cubana se acrecentara al interior de las Fuerzas Armadas y la policía boliviarana. Por su parte Nicolás Maduro es un operador político de Cuba, habiendo sido formado políticamente en la Habana. 

El viernes 10 de enero se pretende consumar un fraude más, dando inicio a un nuevo gobierno del tirano Nicolás Maduro. Por cierto que la lealtad de los tiranos, Díaz Canel y Daniel Ortega no tiene límites. El gobierno de México, presidido por Claudia Sheimbaun, sigue la línea de política exterior desarrollada por López Obrador, quien fue marcadamente complaciente con Nicolás Maduro. No olvidemos que horas después de haberse consumado el fraude electoral el 28 de julio, millares de jóvenes y ciudadanos protestaron en las calles y plazas de las principales ciudades del país, el gobierno de Nicolás Maduro se sintió amenazado. La movilización popular fue contundente, sin embargo cesó tal vez de una manera prematura. Con la complicidad de los gobiernos de México, Colombia y Venezuela, la tiranía se sintió aliviada.

La OEA debió promover una auditoría internacional o en su defecto activar la Carta Democrática Interamericana, habiendo sido determinante la ausencia de ciertos representantes ante la O.E.A. cuando debían votarse Resoluciones en Washington, a lo que se sumó el voto decisivo de los países del Caribe, acostumbrados a recibir subsidios petroleros por parte de Venezuela. La reciente visita del presidente electo Edmundo Gonzalez Urrutia a la Casa Blanca y su larga reunión con el saliente presidente Joe Biden, ha causado preocupación en el gobierno de Nicolás Maduro. La participación de varios ex Jefes de Estado latinoamericanos, resulta importante en la actual coyuntura. 

La historia política de América Latina ha estado marcada por golpes militares y dictaduras de diferente signo político. La democratización alentada por el gobierno del presidente norteamericano Jimy Carter (recientemente fallecido) a finales de la década de los setenta, fue relevante. El proceso tomó años, siendo Chile el último país en retornar a la democracia en marzo de 1990.

Nicolás Maduro cree que sobrevivirá con el apoyo de Rusia, China e Irán, incluso puede pensar que el electo presidente Donald Trump, tomará cierta distancia de la crisis y de la oposición venezolana. La experiencia fallida de Juan Guaidó en el 2019 y el hecho que en el escenario internacional están pendientes de resolverse; la invasión de Rusia a Ucrania, la liberación de rehenes por parte del grupo terrorista Hamas, la crisis de Medio Oriente, el papel de la OTAN, entre otros; pueden influir en el orden de prioridades de la administración Trump que está por iniciarse.

Considero que más allá del papel del próximo gobierno de Donald Trump, del rol de la Unión Europea y de la comunidad internacional en general; será decisiva la movilización del pueblo venezolano dentro y fuera de su país. Los más de 8 millones de venezolanos, deben movilizarse en el exterior, para llamar la atención del mundo. Las Fuerzas Armadas pueden, como ocurrió en 1958, sumarse a la protesta ciudadana. Venezuela en ese año depuso al dictador Pérez Jiménez. Bajo el liderazgo del líder de Acción Democrática, Rómulo Betancourt y otras personalidades se sentaron las bases del conocido acuerdo de "punto fijo" que dió estabilidad política a Venezuela durante décadas.

María Corina Machado ha logrado unir a la oposición. Su detención ocurrida en las últimas horas y su posterior liberación, así como la lucha tenaz contra la dictadura, la han convertido en una figura de talla internacional. 

Por su parte el electo presidente Edmundo Gonzalez Urrutia está demostrando entereza para poner fin a la tiranía y asumir la presidencia de Venezuela. El pueblo fue contundente el 28 de Julio. La dictadura negó la participación de María Corina Machado y sólo habilitó para votar a menos de 70 mil ciudadanos en el exterior, sabiendo que si autorizaba el sufragio de la llamada "diáspora", Edmundo Gonzalez Urrutia hubiera obtenido seguramente alrededor del 90 % del voto popular. 

De consolidarse la tiranía, se producirá una nueva "ola migratoria", tal vez de proporciones mayores a la primera, lo que tendrá un impacto de consecuencias insospechables en toda la región. Nicolás Maduro y su entorno más cercano no deben olvidar que "todo tiene su final". Venezuela se encuentra a pocas horas de poner fin a una tiranía (Lima, 9 de enero 2025).