Arturo Valverde

Vender hasta los dientes

Análisis de los personajes de las novelas del gran Víctor Hugo

Vender hasta los dientes
Arturo Valverde
06 de febrero del 2024


Fantine no era de aquellas que invitaban a su cama a cambio de un “déjame algo” para cubrir la pensión de la universidad, comprar una blusa de seda o gastarlos en bisutería fina. No, Fantine vendía su cuerpo por su hija. Antes vendió sus dientes por ella.      

Su tragedia es dolorosa y podría ser la tragedia de muchas otras. Pero antes de volverse puta, Fantine era una joven bonita, de sonrisa espléndida y brillante; era, en resumen, la personificación de la alegría. Su caída, por tanto, es lenta y gradual:

“En cuanto a Fantine, era la alegría personificada. Estaba claro que a sus dientes esplendorosos les había dado Dios un cometido: la risa (De cuatro en cuatro, pág. 148, Los Miserables, Alianza Editores, 2022)”.

Más adelante, da la impresión que al mismo autor francés le es imposible reconocer a su propio personaje: “Era Fantine. Resultaba difícil reconocerla. Sin embargo, mirándola atentamente, no había perdido la belleza. Un pliegue triste, que parecía un principio de ironía, le arrugaba la mejilla derecha. En cuanto al atuendo, aquel vestido aéreo de muselina y lazos, que parecía hecho de alegría, locura y música, lleno de cascabeles y oliendo a lilas, se había desvanecido como esas escarchas hermosas y resplandecientes que, al sol, parecen diamantes; se derriten y la rama se queda negra” (Una madre se encuentra con otra, pág. 175, Los Miserables, Alianza Editores, 2022).

Luego, Victor Hugo empieza destruir a Fantine:

“Mientras lo decía, le enseñaba a la soltera dos napoleones que relucían encima de la mesa.

- ¡Ay, Jesús Dios mío! -dijo Marguerite-. Pero si es una fortuna. ¿De dónde ha sacado esos luises de oro?

- Los he ganado -contestó Fantine.

Según lo decía, sonrió. La vela le iluminaba la cara. Era una sonrisa ensangrentada. Una saliva rojiza le ensuciaba la comisura de los labios y tenía un agujero negro en la boca.

Le habían sacado los dos dientes”.

(Prosigue el éxito, pág. 215, Los Miserables, Alianza Editorial, 2022).

Y, por último, la emputece:

“Cien francos -pensó Fantine-. Pero ¿dónde hay un oficio en que se gane cinco francos diarios?

- ¡Vamos! -dijo-. Vendamos lo que queda.

La infortunada se hizo ramera”.

(Prosigue el éxito, pág. 216, Los Miserables, Alianza Editorial, 2022)

Fantine, como otros de los personajes de la novela de Victor Hugo, gana y pierde una parte de sí en cada capítulo. A Fantine, Victor Hugo le arranca los dientes, la prostituye, la oscurece hasta volverla una sombra de lo que era. Su sufrimiento es terrible. Por eso, Fantine quizás es el personaje expuesto a los vejámenes más deprimentes y los mayores infortunios nacidos de la imaginación de este autor, aunque su tragedia podría compararse a la de muchas Fantine de nuestros días, quienes no dudarían en vender hasta sus dientes o su cuerpo por sus hijos.

Arturo Valverde
06 de febrero del 2024

NOTICIAS RELACIONADAS >

Una propuesta inmoral

Columnas

Una propuesta inmoral

Querida hermana: Comencé a leer la novela La cartuja de Parma,...

22 de abril
¡He visto la guerra!

Columnas

¡He visto la guerra!

La violencia y el horror que caracteriza a la guerra (y que alg&uacute...

16 de abril
La muerte en “Los miserables”

Columnas

La muerte en “Los miserables”

La muerte de los personajes de la novela Los miserables, escrita por V...

09 de abril

COMENTARIOS