Vencer es el desafío

¿Qué debiera hacer el estado ante la parálisis de los grandes proyectos mineros?

El proyecto Tía María está derrotado. Ha sido vencido por la corrupción y la ineficiencia. Han perdido el país, los agricultores y la empresa. Sobre todo ha perdido la minería que proporciona a la economía 11 mil millones de dólares vitales para combatir el 7% de pobreza extrema. Ahora tenemos que volver a empezar pensando en grande, con la mirada puesta en el impostergable desarrollo minero y en las múltiples oportunidades que este sector clave representa para el progreso nacional. El desafío que tenemos es transformar la derrota de Tía María en una victoria para el Perú.

Las circunstancias vividas en Islay nos dejan una gran lección: para volver a empezar debemos salir de la lógica del enfrentamiento entre promineros y antimineros. La confrontación ha demostrado a millones de ciudadanos que la disputa resulta absolutamente infructuosa. Lo que acaba de suceder en Tía María, sucedió antes en Cajamarca, en Piura, en Cusco y en otras regiones. Es evidente que no ganó nadie, ni los promineros ni los antimineros. El gran perdedor fue el Perú, que vio frustrada la oportunidad de generar miles de millones de dólares con su minería para servir las urgentes necesidades de desarrollo.

La clamorosa ineficiencia de la burocracia estatal, la corrupción de los llamados dirigentes sociales de izquierda y la incapacidad de las burocracia empresarial han quedado al descubierto escandalosamente en el caso de Tía María. Está claro ahora que todo este enredo paralizante tiene que cambiar y el estado debe cumplir eficientemente sus responsabilidades. Por su parte, los dirigentes sociales tienen que actuar con honestidad y lealtad. Y las empresas deben contar con ejecutivos y sistemas de organización que funcionen eficazmente.

Voluntad y liderazgo es lo que se requiere de los políticos para poner en marcha la gran reforma que precisa la minera nacional. Los peruanos tenemos que tomar consciencia de que es imposible nuestro desarrollo sin el aporte de la minería, tal como sucede en Chile, Ecuador y otros países. Es el camino para impulsar el crecimiento, la producción, el desarrollo agrícola, proteger el medio ambiente y participar competitivamente en el mercado mundial.

No podemos seguir perdiendo el tiempo con las  vacilaciones y las contramarchas del gobierno. El pedido de facultades legislativas extraordinarias del Ejecutivo al Congreso debería incluir una ley que le permita al Estado autorizar la ejecución inmediata de los proyectos mineros paralizados, que suman más de 20 mil millones de dólares. Es la forma realista de que la minería se transforme en el pan, entre a los hogares peruanos para brindarles más bienestar.

El tema minero  se va a proyectar ineludiblemente al debate político de las próximas elecciones presidenciales. Sea quien sea el presidente elegido, el futuro régimen tiene que utilizar los recursos que aporta la minería para fortalecer la estabilidad y la gobernabilidad. Al mismo tiempo para financiar políticas públicas y programas productivos que  permitan solucionar y atender las exigencias de la inmensa mayoría.

La próxima elección también será un referendo para que los peruanos decidamos con nuestro voto salvar la minería. Desterrando a los dirigentes sociales corruptos, eliminando a las empresas ineficientes y eligiendo a políticos capaces. En nuestras manos está el futuro del país.

Por Tino Santander Joo

12 - May - 2015