Jorge Varela

Una oferta democrática desde el centro

Compromisos y retos para la centro izquierda

Una oferta democrática desde el centro
Jorge Varela
09 de abril del 2024


En una sociedad polarizada, ¿tiene destino un centro político marchito? ¿Podrá éste Lázaro levantarse y caminar con el mismo vigor y autonomía de ayer? El cansancio de la ciudadanía con los partidos y los políticos le juega en contra y le exigirá grandes esfuerzos para recuperar la confianza perdida. Como alguien expresara: la sociedad puso a la política lejos de su órbita y no se divisa, por el momento, una relación idílica que ponga término a tal separación. 

La historia desfalleciente de dos partidos señeros en Chile que se ufanaban de sus atributos centristas, el viejo Partido Radical y la inestable Democracia Cristiana, es un dato de las dificultades que tendrán que vencer si algún día pretenden reposicionarse y avanzar. Cualquier análisis sobre el futuro debiera partir reconociendo que en dicho espacio deambulan varios ‘centros’ o ‘centritos’ que se atropellan y colisionan entre ellos.

Seducir por el centro

Ignacio Walker, expresidente del PDC (Partido Demócrata Cristiano), ha señalado que las encuestas muestran que un 40% de la opinión pública se ubica más o menos en el centro. Es decir, para él “la demanda política existe” (columna “¿Es viable una alternativa de centro en el Chile de hoy?”, El Mercurio, 21 de marzo de 2024).

Según Walker, “lo que falta es el ajuste por el lado de la oferta política”. “Si queremos evitar la fragmentación partidaria y la polarización… se hace necesario constituir una fuerza política que vaya desde la centroizquierda a la centroderecha… que englobe a la socialdemocracia, el socialcristianismo y el social liberalismo” (Esta fuerza comprendería al “laguismo”, a Evópoli –partido Evolución Política– a grupos de pensamiento cristiano y a semovientes desencantados o en gestación)

La centroizquierda comprometida

Lo que Walker denomina “laguismo” (sectores desperdigados del Partido Socialista y del Partido por la Democracia) es un globo que aún flota en el cielo imaginario de cercanos y leales, pero que está muy distante de la tierra. Para ser bien claros en este aspecto, hay que precisar que la mayoría de la centroizquierda –o del centro-izquierda como dicen en España– está comprometida con el gobierno de Gabriel Boric y forma parte de los tres destacamentos del oficialismo junto al Partido Comunista y al Frente Amplio. Ello explica por qué el Partido Radical y el Partido por la Democracia, junto al Socialista (devenidos en expresión caricaturesca de la social-democracia europea) continuarán en el poder.

Basta oír a la expresidenta Michelle Bachelet cuando expone su repetitiva ‘narrativa progresista’ para constatar que el conglomerado de ‘izquierda arrejuntada’ persistirá en aplicar el diseño inicial de la carta de navegación frenteamplista, a riesgo de naufragio en la playa brava de la conciencia ciudadana, mientras el socialismo democrático renovado del laguismo reposa y repasa con nostalgia ese ayer perdido en las noches silenciosas de Caleu.

La porción solitaria de centroizquierda no-oficial que encarna la escuálida Democracia Cristiana (DC), entidad que no forma parte del gobierno de Boric, está demasiado devaluada y no se encuentra en situación de acceder al rol determinante de fuerza central. Por este flanco no hay luz de futuro.


Algunas preguntas
 

En el campo de juego político antes descrito, compuesto de dos áreas demarcadas, el territorio central se ha reducido a un único círculo: espacio donde, además del Partido Evopoli de tendencia liberal, han arribado nuevos habitantes, para no llamarlos inquilinos (arrendatarios). Ellos son: Demócratas y Amarillos, dos agrupaciones constituidas mayoritariamente por ex-militantes de la DC. De ahí que un factor no considerado que debiera evaluarse al momento de que pacten alianzas, lo constituye la existencia de dos derechas divergentes en lo programático valórico, una liberal y otra conservadora.

¿Qué propondrán este delgado centro democrático o aquellos centros inclinados tácticamente a una diestra de carácter liberal?, ¿solo la búsqueda de acuerdos transversales en temas de estabilidad y seguridad?, como señalara el escritor chileno Roberto Ampuero en “Preguntas para las izquierdas, los centros y las derechas” (El Líbero.cl, 5 de octubre de 2023).

¿El modelo a ofrecer se limitará a la mera repetición de fórmulas estratégicas de desarrollo y crecimiento tibias? La gran interrogante es: ¿habrá tantos ciudadanos electores dispuestos a enganchar con una oferta de centro de la naturaleza indicada? o ¿será que esta oferta es solo otra ilusión? ¿Habrá que pedir ayuda a la inteligencia artificial (IA) para saber a qué atenerse?

Jorge Varela
09 de abril del 2024

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