Juan Sheput

Un país sin válvulas de escape

Gobierno debe entender que es el momento de hacer política de verdad

Un país sin válvulas de escape
Juan Sheput
14 de julio del 2023


La democracia requiere siempre de válvulas de escape. Se hacen imprescindibles desde el momento que la ciudadanía siempre tiene afectos y distancias respecto a cualquier Gobierno. En el caso de la presidenta Dina Boluarte se da la extraña circunstancia de que no se ve claramente quién es oficialista y quién es oposición, tanto hacia el Gobierno como en el campo del Congreso. Una extraña amalgama, que lleva por sello el año 2026, ha unido a congresistas y Poder Ejecutivo en el propósito de querer quedarse hasta culminar el periodo constitucional que se inauguró el 28 de julio del 2021.

Siendo esos unos deseos válidos ¿resultan realistas? No tengo la menor duda de que no. Y en el ejercicio político, valioso para cumplir con dichos objetivos, la izquierda viene actuando con mejor criterio táctico, lo que la beneficiará en el recambio electoral, sea en la fecha que sea.

Desde el momento que la oposición parlamentaria deja ese rol se debilita la democracia. La derecha en el Congreso, que debería haber aprovechado en estos meses para hacer una firme oposición a Dina Boluarte, ha perdido esa oportunidad. Esa es la mejor forma de enrumbar al Gobierno. Con una férrea oposición política no se instalaría un clima de confrontación sino los hechos normales que darían al Gobierno unos límites en su desempeño: disminuiría el margen de error y se incrementaría la eficiencia en el servicio público al ciudadano. En caso contrario, en ausencia de control político, cualquier persona es buena como funcionario público, se enseñorea la corrupción y se instala la desfachatez. El Gobierno hace algo peor que actuar sin ningún tipo de vergüenza, actúa sabiendo que nadie le llamará la atención. Es la república de la desfachatez que tanto daño le hará al presente y futuro del país.

En una situación como esta la ciudadanía se da cuenta de que no tiene las válvulas que la democracia ha diseñado para la sostenibilidad del propio régimen: oposición, crítica, alternancia, debate público. Nada de eso existe, por eso es que el pueblo se moviliza. No importa la cantidad de gente que se pliegue a las marchas. Es el mensaje que se brinda, de inestabilidad, ausencia de oportunidad y falta de visión de futuro. Es lo que alimenta las marchas, la ausencia de oposición. Es por eso que la crisis se enseñorea con el Congreso: el pueblo no se siente representado por ellos. En ausencia de oposición el reclamo ciudadano encuentra su propio camino: la toma de Lima es uno de ellos.

El Gobierno de Dina Boluarte debe entender que es el momento de hacer política de verdad, real y con resultados. Una marcha como la del 19 de julio no se puede subestimar. La respuesta del Gobierno debe ser brindada a la brevedad: un cambio de gabinete, de premier, de ministros, es imprescindible. Luego de ello abocarse a un constructo democrático, de ancha base, es lo único que brindará cierta estabilidad al país.

Juan Sheput
14 de julio del 2023

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