Un mes sin Congreso

Se cumplió un mes del cierre del Congreso de la República, y qué mejor manera de celebrarlo que con una serie de decretos de urgencia. Y pensar que la megacomision presidida por el humalista Sergio Tejada, al igual que algunos sectores de la izquierda nacional, cuestionaron el uso de los decretos de urgencia en el gobierno de Alan García. Como siempre, para mis amigos todo, para mis enemigos la ley. Una vez más, García sigue dándoles lecciones. 

Tía María va, luego no va, después sí va y, en fin... El problema muchas veces es que el Estado termina incumpliendo sus contratos, ya sea por falta de autoridad o decisión, y después todos terminamos pagando la incapacidad de otros. No deberíamos llegar a ese punto. 

Avanzan las fechas para las elecciones del nuevo Congreso, aunque eso de “nuevo” estaría por verse. El moradito Guzmán estaría juntando al ex Perú Posible Daniel Mora y dos ex oficialistas, De Belaunde y Costa. El chavismo peruano estará bien representado por Verónika Mendoza y Vladimir Cerrón. El Apra, mi partido, participará con jóvenes políticos y otros que cuentan con experiencia parlamentaria. 

Se habla de un pedido de disolución contra Fuerza Popular. ¿Para sacarlo de la carrera del 2020 y 2021? ¿Veto? 

El constitucionalista Omar Cairo, en su columna “Disolución no es golpe”, publicada el 24 de octubre en la revista Caretas, cita el caso de la elección de 1963 del expresidente Fernando Belaunde. Dice que entre 1963 y 1968, la coalición APRA-UNO, censuró diez ministros y no le permitió a Belaunde hacer la reforma agraria “en democracia”. ¿En verdad quería hacerlo Belaunde? Me recuerda a Echenique prometiendo la libertad para los esclavos negros. Nunca lo hizo. Llegó Castilla y se las otorgó. Solo un comentario adicional: antes de ganar las elecciones de 1963, Belaunde desconoció los resultados de 1962 que dieron como ganador a Haya de la Torre. Belaunde no reconoció los resultados, se atrincheró en Arequipa, llamó a una Junta Militar (golpe), y el APRA terminó vetado de participar en elecciones en las que Belaunde fue elegido presidente. 

¿Qué se han creído algunos “intelectuales” para decirles a los demás qué debemos leer, escuchar o ver? Insisto, hay una especie de “dictadura de pensamiento único” que permanentemente nos dice qué vale la pena leer, a quiénes debemos seguir. Yo no estoy de acuerdo. Siempre diré: lean de todo, escuchen todo y vean todo. Usen su cabeza y saquen sus propias conclusiones. Recuerden, la preparación debe ser panorámica. 

Reitero mi solidaridad con el brillante abogado Humberto Abanto. Estoy seguro de que saldrá airoso de las acusaciones en su contra, y que podremos seguir viéndolo hacer “puré” a algunos limitados justicieros.