Carlos Adrianzén

Tres bombas atómicas

Fiscal de gobernanza y de orden público

Tres bombas atómicas
Carlos Adrianzén
02 de octubre del 2024

 

Uno de mis más apreciados lectores me lo pide siempre. Que solo escriba sobre algo positivo que refuerce su necesidad emocional de optimismo. Y tendré que confesar que trato de hacerlo. Pero escribo sobre la economía nacional y sus perfiles corrientes. En estas líneas me enfocaré en los perfiles de la economía local frente a los retos de un próximo gobierno.

Primero enfocaremos lo positivo. Lo que debe ser destacado: El manejo monetario del Banco Central de Reserva. En segundo lugar, les hablaré de tres planos muy serios que nos deberían preocupar. Tres bombas de tiempo dejadas abiertamente por la gestión de la presidente Boluarte y sus predecesores de izquierda. Una Fiscal, una de Gobernanza Burocrática y otra de Orden Público. Una triada –de tal poder destructivo en materias económicas y políticas– que un minucioso profesor de neomarxismo, en estricto privado, la catalogaría como los tres golpes maestros de la introducción del modelo chavista en el Perú actual. Dicho esto, ¿qué les parece un poco de anestesia?

Una efectiva distracción

Los peruanos estamos felices (Ver figura A). El manejo monetario ha logrado que la inflación haya regresado a su meta (más allá del posiblemente efímero incumplimiento, asociado a los últimos pasos de destrucción de la maduración de activos en el sistema previsional privado).

Un evento tan raro en la región que hasta los habitantes del Alto Perú –pasivos de un manejo monetario deplorable– se ven obligados a usar la moneda peruana como dinero.

Este detalle ha hecho que muchos repitan, con entusiasmo infundado, que somos los campeones mundiales en materia económica.

Estos muchos no sostienen esto por casualidad o entusiasmo. Es parte de un penoso mercadeo político orientado a que ignoremos los constantes y significativos retrocesos de nuestro país en planos de desmantelamiento de algunas reformas noventeras y que se ve reflejado en variables como crecimiento, tasas de inversión o reducción de la incidencia de pobreza. Pero este penoso mercadeo político ha sido exitoso. Estamos felices… cayéndonos. Y han aprovechado un ambiente tan triunfalista para instalar, no solo una, sino las tres bombas de tiempo de las gestiones izquierdistas de la última década.

La bomba fiscal

En medio de la captura de la superestructura (burocracia, gremios, medios de comunicación, et al) se infla el gasto gubernamental y estatal a como dé ha lugar (ver Figura B).

Este es un déficit que no reactiva, por el previo colapso de la inversión privada y la severa prostitución de la institucionalidad estatal. Es una bomba de tiempo con un poder destructivo enorme para la gestión de la próxima administración. Si tratan de cumplir con las barbaridades que usualmente ofrecen para resultar elegidos, fracasarán doblemente: ni cumplirán las promesas en las que se comprometieron, y tendrán que reintroducir austeridad al cubo.

Nótese que la devaluación política no la tendrán quienes causaron el desorden (Dina y Compañía) sino los nuevos. Que ahora parecen no tener mayor interés en hacer que quienes incuban y expanden el déficit fiscal corrijan oportunamente sus intereses. Los aspirantes al sueldo de doña Dina resultan tan ignorantes que hasta se felicitan porque en Bolivia usan hoy el llamado “chólar peruano”. Pero esta, definitivamente, no es la bomba de tiempo más destructiva.

La bomba de gobernanza

Han “limpiado” los pocos avances de la tecnocracia peruana. Solo quedan algunas islas de excelencia –SBS, CGR, BCR et al– rodeadas y amenazadas por alguna barbaridad congresal posiblemente en ciernes. La Figura C resulta muy cruel. Implica que la tarea de encarcelar y/o despedir millares de incompetentes y corruptos en toda la administración pública será del próximo gobierno.

Y ellos –con una burocracia legal, electoral y policial capturadas por la izquierda– difícilmente implementarán un debido proceso. Revertir esto, por ejemplo, resulta la tarea de Javier Milei en la Argentina, con pronóstico reservado.

La bomba de orden público

Esta bomba lo bloquea todo. Sin este bien público nada funciona, salvo una dictadura de izquierda. Toda la parafernalia legal peruana posvelasquista se ha diseñado para que esto no se pueda hacer, ni tampoco limpiar el aparato estatal de incapaces y corruptos. Desde Petroperú, pasando por la Judicatura hasta los gobiernos locales y regionales con sus cada día más jugosos Canon, Derechos y Regalías. Pobrecitos, nos dicen. Registran, claramente tres drivers (Tolerancias Ideológicas, Corrupción e Inefectividad Burocráticas). Todos medibles. Ver la Figura D.

Epílogo

Escuchando el liderazgo político local me queda claro que no reaccionarán, ceteris paribus. Que las tres poderosas Bombas de Tiempo que deja Boluarte, no solamente estructuran el sueño dorado del fracaso económico chavista, dibujan una nueva crónica de otra muerte anunciada.

Son tres bombas atómicas en materia económica. La vida económica no será igual con ellas. Ubiquémoslas y desactivémoslas hoy

Carlos Adrianzén
02 de octubre del 2024

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