Manuel Gago

Tren de Aragua, el brazo armado del chavismo

Peligrosa alianza entre comunistas y delincuentes

Tren de Aragua, el brazo armado del chavismo
Manuel Gago
13 de marzo del 2024


El Tren de Aragua es considerado hoy la más violenta, inhumana y global organización criminal. El cobro de cupos a las constructoras fue su primer delito, exactamente como aquí comenzaron las bandas de construcción civil. Se aprovecharon de la caída del gobierno de Alberto Fujimori y del surgimiento de Alejandro Toledo. El grito callejero “el miedo se acabó” sirvió para derrumbar la relativa tranquilidad social lograda y todo lo avanzado. 

El Tren de Aragua diversifica su cartera criminal alcanzando a casi toda la región, a los mercados más “rentables” fuera de Venezuela. Los recientes secuestros, robos y asesinatos reportados en New York y Chicago son atribuidos a la banda liderada desde Caracas. Para que esta delincuencia haya logrado tal avance requiere logística y capacidad humana superior. No se logra ese tremendo expansionismo sin un apoyo político. 

Los venezolanos enterados saben a ciencia cierta qué está sucediendo. Saben que las cárceles venezolanas fueron abiertas. La dictadura comunista dejó en libertad a los presos, no por falta de presupuesto para mantenerlos sino por un plan predeterminado. “El vendaval bolivariano” no fue, cinco años atrás, un anuncio atrevido, sin sustento, antojadizo. Diosdado Cabello –el número dos del chavismo y autor del anuncio– se dio el lujo de amenazar a los pueblos latinoamericanos. Estaba en marcha una escalada desestabilizadora planificada en La Habana y Caracas. La política, la sociedad y la economía regional serían atacadas sin piedad. Sujetos a las órdenes de una cúpula marxista asaltarían propiedad pública y privada.

Pero además de crear escenarios de perturbación y violencia únicos, cumplen encargos puntuales. Uno de ellos, el secuestro y asesinato del teniente venezolano Ronald Ojeda Moreno. El militar estuvo preso en Venezuela acusado de conspiración contra la dictadura. Escapó y Chile le otorgó refugio. La policía no descarta la hipótesis de crimen político. Los Gallegos –supuestos autores materiales del asesinato de Ojeda– son el brazo operativo de El Tren de Aragua, confirmándose así el vínculo con el comunismo regional. 

De los millones de venezolanos que escaparon de la dictadura chavistas, ¿cuántos de ellos salieron portando consignas políticas, cuántos con identidades fraguadas, cuántos avezados criminales al servicio de las dictaduras cubana y venezolana? La policía chilena sigue pistas de venezolanos actuando contra la seguridad nacional. Algunos norteamericanos que van y vienen dan cuenta del proceso de transformación de su país. Hablan sobre un avance socialista que alcanza niveles de alta peligrosidad en todo sentido. 

La participación de El Tren de Aragua en los planes comunistas es determinante, pues evidentemente contribuye a la creación de escenarios de desesperación social e inseguridad ciudadana. Con ellos, las contradicciones sociales llegan a extremos. Son parte de las extorsiones a gran escala y pitufeo. Aquí vemos motorizados –como en Venezuela– yendo a bodegas, peluquerías y pequeños negocios ofreciendo préstamos y haciendo vigilancia ciudadana, como comisarios barriales. Saben que muchos emprendedores no cumplirán lo acordado y, por tanto, por préstamos poco significativos son amenazados, golpeados y asesinados.

El Gobierno de Dina Boluarte no atina respuestas contundentes. Y así como las constructoras se rindieron sin siquiera parpadear a los “sindicatos” de construcción civil durante el toledismo, así también es posible que hoy paguen cupos y acepten sus imposiciones. 

En este contexto de inseguridad ciudadana e inacción gubernamental, la gente exige mano dura pero experimentada. Se requieren cambios radicales, sin miramientos, sin necesidad de mirar a Nayib Bukele, sino de mirarnos a nosotros mismos. Ver cómo, con imaginación y valentía, el senderismo y el emerretismo fueron desarticulados y vencidos militarmente. Negar esta realidad es imperdonable. Basta de blandengues, permisivos, timoratos –en suma, cobardes– dirigiendo el país. Los delincuentes son, al final de cuentas, los enemigos principales.

Manuel Gago
13 de marzo del 2024

NOTICIAS RELACIONADAS >

Grupos de universitarios norteamericanos apoyan a Hamás

Columnas

Grupos de universitarios norteamericanos apoyan a Hamás

En cerca de 60 universidades norteamericanas –de costa a costa&n...

01 de mayo
El país se reactiva

Columnas

El país se reactiva

Semanas atrás, en este mismo espacio, decíamos que &ldqu...

23 de abril
Hacer reingeniería política

Columnas

Hacer reingeniería política

Si se hace lo mismo siempre, no se debe esperar resultados distintos. ...

17 de abril

COMENTARIOS