Darío Enríquez

Talento, envidia y capitalismo en el Perú (II)

La impronta caviar en nuestra vida cultural, política y económica

Talento, envidia y capitalismo en el Perú (II)
Darío Enríquez
02 de marzo del 2023


Antes que nada, desde aquí quisiera hacer llegar mis sentidas condolencias a la familia de Jorge Morelli, recientemente fallecido. Brillante periodista y cientista político, fue un gran defensor de las reformas de los noventa, que nos han permitido dar ese gran salto de bienestar y prosperidad que aún espera un segundo y necesario impulso.

Justamente nos encontramos en este momento de nuestra historia, enfrentar la disforia social que sufrimos, quebrar ese círculo vicioso de impregnar con envidia y odio aquello que debería llevarnos a celebrar el talento, hacer nuestros los logros ajenos y avanzar juntos hacia el progreso.

Varios comentarios de amables lectores nos pidieron hacer una parte 2 de la columna sobre “Talento, envidia y capitalismo en el Perú. A propósito de la herejía de Cachín Alcántara” (si no la leyó, puede hacerlo aquí). Nos piden abundar sobre esos falsos intelectuales que odian los logros de los “impuros”. De aquellos que muy doctamente rechazan el “lucro”, pero viven muy cómodamente parasitando los impuestos que pagan esos “capitalistas salvajes”. Desde ya advertimos que se aprecie apropiadamente el uso de comillas.

Mencionamos a “Cachín” como uno de esos “impuros” en el mundo de la “cultura”. Estoy usando algunas de las expresiones de nuestros amables lectores. Hago una cita más larga al respecto: 

Los "intelectuales" de nuestro medio son los caviares, aquellos que dominan la vida intelectual, artística, televisiva, educativa y política del país. Ahora, ya no solo eso sino que pontifican (¿PUCP?) respecto del comportamiento social de nuestra sufrida masa … esa masa que lo más cerca que está de culturizarse es pararse frente a un kiosco para ver las portadas de la prensa basura y los calatarios … esos falsos intelectuales viven del auspicio del Estado para sus bodrios, viajes y premios. Pululan por el Ministerio de Cultura para recibir denominación y representación nacional para eventos internacionales organizados por sus pares. Se aplauden unos a otros … Ante ese poder mediático, surge un advenedizo sin pedigree (como “Cachín” Alcántara) que quiebra las reglas de “la gentita” …

¿Qué más podríamos agregar? Tal vez caracterizar a algunos de ellos y ellas. Usted, amable lector, podrá fácilmente identificar a quienes describimos en pocas líneas. Empecemos por una joven periodista (en ese entonces) que desde los años 90s se ha encontrado siempre cerca al poder político, mientras este poder no decayera. Luego se convierte en crítica “de siempre”, porque ese poder efímero del político de turno ya no es más. Tuvo la sangre fría y el descaro de decir en una entrevista: “no recuerdo por quién voté en 1995”. Su biografía mediática está llena de situaciones y circunstancias como esas, que la muestran en verdadera magnitud ¿La identifican?

Una joven promesa en el periodismo y la literatura de los 90s, sigue siendo una promesa (ya no tan joven), 30 años después. Siempre es agradable escucharle y leerle. Al menos lo era hasta que conocimos de sus devaneos con el poder. Uno que otro servicio con entidades estatales, empezaron a coincidir raramente con opiniones apaciguadoras y condescendientes con el poder político de turno. Comisiones especiales de “cultura” para eventos internacionales fatuos y dispendiosos ¿Quién puede creer que sea razonable viáticos de 50,000 soles para una semana en México DF? Si a cambio se mira a otro lado cuando el deber de un comunicador es denunciar la corrupción flagrante, entonces “todo encaja”.

Él es un profesor universitario que luce sus bondades en el aparataje mediático del siglo 21. Se le felicita porque dicta cátedra en la universidad más exclusiva del medio peruano. Honor al mérito, no cualquiera puede mostrar un logro como ese. Por añadidura, hoy se encuentra haciendo un doctorado de entre los más apreciados y costosos en el mundo, en una universidad inglesa. Ganó una beca. Todo pagado. Felicitaciones, un orgullo para el Perú. Pero algo no cuadra cuando espeta a sus propios alumnos y sus padres de altos ingresos, “tú hablas desde tu privilegio”. Cuando denigra el éxito económico y al mismo tiempo vive de ese éxito económico de terceros, sin reconocerles ninguna virtud, solo defectos y “explotación”. Cuando sigue defendiendo hasta hoy las tropelías del golpista, plagiario y delincuente Pedro Castillo, porque no quiere reconocer su grave error de apoyarlo. Pudo haber propuesto el voto en blanco o viciado, pero él es “atrevido”. Cuando apoya a todo aventurero colectivista haciendo trizas la lógica y la razón ¿Tal vez lo haga por parecer irreverente y osado?¿O se trata simplemente de aprovechar las ventajas del sistema y a la vez, zurrarse en ese mismo sistema?

Un caso especial es el de quien dice ser “caviar”, pero sus propios “amigxs” le niegan tal condición y cierran unánimes que “de jurel no pasas”. Es triste. Creerse ser de un nivel superior pero terminar negado por sus propios “iguales” que, vistas las cosas, eran “más iguales” que ella. Es que defender el igualitarismo pero al mismo tiempo militar en la superioridad moral del caviarismo, como que no cuadra. Hasta ahora es impresionante contrastar sus emotivos mensajes de “justicia social e igualdad” y su lucha contra los “cerdos” capitalistas que todo lo ven lucro, con la campaña de erradicación que dirigió en persona contra las “opulentas” mujeres vendedoras de huevitos duros de codorniz. Deprimente.

¿Qué más podemos decir? La corrupción de los últimos 25 años (incluye parte de los 90s, claro que sí), las oportunidades perdidas y la impostación de una falsa superioridad moral, gran parte de ello es atribuible a la impronta caviar. Todo un aparataje mediático que contamina prensa, radio, TV, universidades, ministerio público, política, entidades religiosas, etc.

Ojalá se haga una investigación seria y detallada de los 725 millones de soles que habrían sido despilfarrados en el Ministerio de Educación (Minedu) con el “festival” de consultorías, creación heroica de un super-ministro, censurado en su momento pero defendido con las uñas por ser uno de los “popes” del caviarismo. Que se llegue a establecer con todo detalle estas modalidades de corrupción y se castigue a los responsables ¿Cómo es posible que se justifique que una “intelectual” haga consultorías para el Minedu, luego la nombren ministra, después que la cesan como tal vuelve a tener consultorías con el Minedu? Agarra esa flor. Todas por adjudicación directa. Se está perjudicando lo más sensible del futuro en una sociedad: la educación de nuestros niños. Ni olvido, ni perdón.

Darío Enríquez
02 de marzo del 2023

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