¿Somos democráticos los peruanos?

La democracia es el gobierno del pueblo, que elige en urnas. Hasta allí dominan las matemáticas, que no siempre son democráticas. El sistema electoral solo es un mecanismo de la democracia, pero no la define; valga redundar, la definen la vigencia de los derechos fundamentales y el estado de derecho. Sin el mecanismo electoral no se produce la alternancia y lo que domina es la voluntad del autócrata, y no hay autócratas buenos. Sin embargo, los excesos son los que permiten que personajes que abiertamente se la juran a la democracia puedan postular.

El problema no es que haya aspirantes a dictadores, sino que es la gente la que, a veces, vota por ellos porque el sistema es excesivamente abierto en un país que vota por protestar. 

En una encuesta realizada por Ipsos Perú por encargo de IDEA Internacional, para evaluar la percepción de la democracia y crisis política en el Perú se advierte lo que tememos. Solo el 50% de los peruanos se informa sobre política, con lo que se dejará ganar por impresiones o falsos datos. Si el Congreso es desaprobado, no analizarán la razón. No interesarse en política ni haberse formado en democracia podría pasarnos la factura en 2026. 

Preocupa que la radio sea el medio más confiable en un país en el que los extremos de izquierda se la juegan en esos medios Perú adentro y que no sean todos los que votan los que crean que las elecciones limpias sean la mejor señal. Muy pocos (17%) aprueba la calidad de la democracia, le dan un 7 de 20. Muy lejos, pero se percibe que la democracia no funciona y, sin embargo, de entre los que prefieren una buena democracia fueron muchos los que votaron por Pedro Castillo, que, por su ideario, no la representaba. Bastaba escuchar a Guillermo Bermejo hablando de “pelotudeces democráticas” o leer sobre la doctrina castrista de Perú Libre. Quizás los que juzguen el actual régimen como una dictadura, voten por Antauro Humala en 2026. Hay una discordancia o antinomias en la lógica del votante, que no entiende siquiera el valor de su libertad.

Aunque 40% de los peruanos prefiere la democracia, 44% toleraría una dictadura o dictablanda. Curiosamente, esa opción domina en Lima, en el norte y la sierra central, especialmente entre los menos educados. No se dice nada del sur andino, pero su electorado es tan volátil que votó por PPK en segunda y Castillo cinco años después y no sabemos más tarde. “Dos tercios de los peruanos creen que un líder fuerte y autoritario podría ser la solución a los problemas del país”. Bukele es un modelo que no avizora que de la fuerza sin debido proceso y de la celeridad sin control, se pasa a las formas dictatoriales. Todos quieren ser Bukele, y mientras más sean, la banalización y el ridículo se apoderarán de los candidatos. 

La inseguridad es uno de los problemas centrales para lo que votan, mano dura se confunde con dictadura. Como sea, los peruanos quieren un cambio, y tanto que optarían por reemplazar a todos los políticos que conocen. Para ellos esa es la solución. El hartazgo parece ser la clave para entender qué se debe hacer para ganar la elección en 2026 desde la democracia y la libertad.