Juan Sheput

Sin novedad en el frente

Sin novedad en el frente
Juan Sheput
12 de mayo del 2015

Sobre Tía María, el gobierno y la oposición  de cara a la elección del 2016.

Y sucedió lo que tenía que suceder. Pasada la primavera política, que se caracteriza por los diálogos mediáticos y encendidos, todo ha vuelto a la normalidad. En ella vemos a ministros que, sin entender la importancia de la política, lanzan amenazas y condenan anticipadamente, contribuyendo así a la falta de control que vemos en estos días. También vemos que Pedro Cateriano todavía no entiende que el problema no es hablar con la oposición (tan fácil de convencer) sino con los ciudadanos que se sienten traicionados y que, por tanto, tienen en la indignación hacia un gobierno inundado de hechos de corrupción, el principal motor de sus protestas.

Tan desconcertado está el gobierno que ve en un audio que comprometería al dirigente Pepe Julio Gutiérrez en negociaciones con dinero a cambio de manipular la protesta social, la tabla de salvación de su indiferencia y falta de previsión. No se da cuenta que el audio data de hace muchos meses y que involucraría también a la empresa minera Southern, y que por tanto debió publicarse hace tiempo y no en estos días, con el afán de descalificar la protesta. Constituye en la práctica un búmeran para los promotores de Tía María, pues nadie se puede explicar por qué, de ser cierto, no lo hicieron público hace tiempo.

Lo cierto es que el gobierno sigue con el mayor de sus déficits: el político. Fácil es atarantar. Lo difícil es concertar. Para ello se requiere de confianza y credibilidad. Y de ambas adolece el actual gobierno. De allí el rechazo en Arequipa a todo lo que suene a gobiernista. En ese sentido, lo más probable es que en las elecciones del 2016 el nacionalismo sea despreciado por la población y no obtenga ningún representante.

Es cierto que estamos en un año electoral. Faltan menos de 11 meses para elegir al próximo presidente y a los congresistas. Por eso no debe extrañar que los conflictos se aviven y tengan un alto componente político. La población por eso quiere ver en acción a una oposición no destructiva, sino que se haga respetar. Que no caiga en los cantos de sirena de un gobierno que utiliza los diálogos sólo para neutralizar y ganar tiempo. Se requiere consolidar una corriente opositora que represente a ese sector que reclama orden y una mejor conducción gubernamental. No quiere a un presidente que se aferra a los programas sociales clientelistas y que se dedica a hacer campaña en compañía de su esposa. En ese sentido es lamentable la forma en que se viene conduciendo al país.

Tía María ya no puede seguir adelante. Los fusiles y las bombas lacrimógenas no cambiarán el rumbo de los acontecimientos. Haría bien el gobierno en entender el mensaje que nace de su propia incompetencia.

Pero nada de esto debe sorprendernos. Luego de los diálogos, previsibles, era lógico que, como decía Martín Adán, volvamos a la normalidad.

Por Juan Sheput

12 - May - 2015

Juan Sheput
12 de mayo del 2015

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