¿Se desinfla el referéndum?

Durante la decadencia de la antigua Grecia, la democracia de la sociedad helénica fue controlada por los demagogos y los populistas. Cuenta la historia que uno de ellos, Alcibíades, en un acto público le cortó la cola a su perro. La acción cruel fue criticada en todos los rincones de la península. Alcibíades, respondiendo a las críticas, dijo que de esa manera el pueblo dejará de censurar su gestión como gobernante.

Semejante barbaridad hoy llevaría al autor de la insania a la cárcel. Pero, sin necesidad de excesos de esa magnitud, otros actos desvían la atención de la población sobre las obligaciones fundamentales del Gobierno. El presidente Martín Vizcarra, valiéndose de las circunstancias provocadas por la difusión de los audios de IDL-Reporteros, anunció un referéndum sobre la reelección de congresistas, el financiamiento privado de los partidos, la Cámara de Senadores y la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Apoya, además, las marchas callejeras contra la corrupción en el sistema de justicia y se ubica junto a quienes han iniciado una campaña de demolición en contra del sistema democrático, promoviendo el cierre del Congreso, nuevas elecciones y el cambio de Constitución.

Sin embargo, la propuesta del referéndum estaría perdiendo peso. Marco Arana, del Frente Amplio (FA), ha dicho que apoyará la no reelección de congresistas “pero bajo ciertos lineamientos”. El jefe del Gabinete, César Villanueva, ha indicado que “si el Congreso se apura” respecto a las reformas propuestas por el Ejecutivo, el referéndum no va. Es decir, dejará con los crespos hechos al círculo violentista que quiere incendiar el Parlamento. Es más, para Villanueva, el referéndum es “una herramienta extraordinaria para recuperar la democracia". ¿Qué? ¿Villanueva no es, acaso, el primer ministro de un Gobierno democrático?

Lo cierto es que la popularidad de Vizcarra estaba de caída y era notoria su debilidad en cuestiones vanguardistas y reformistas. Y para salvar el pellejo debía realizar un acto audaz. Alguien le susurró que el referéndum lo acercaría al pueblo. Le hicieron creer que la madre de todos los males nacionales está en el Legislativo. Y sin más organizó un juego con fuego, sin estar bien apertrechado con hechos reales. Porque en política todas las posibilidades pueden ver la luz del día. Mire usted, el chantaje por medio de los audios administrados por IDL-Reporteros se acabó. Los audios ahora están a disposición de quien quiera escucharlos y publicarlos.

Lo cierto es que también hay resistencia en varios congresistas para que una consulta popular decida quién sigue en su curul por un periodo más. Habría que preguntarles a los congresistas Huilca, Ochoa y Cevallos. También es cierto que la población no estaría de acuerdo con el financiamiento público de los partidos políticos, y tampoco con una Cámara de senadores. La gente se pregunta ¿de dónde saldrán los mejores para la Cámara Alta? Se dijo que este sería el mejor de los Congresos. Y no es así, todo lo contrario.

Si el deseo de Vizcarra es sobrevivir al 2021 con pies de plomo, debe defender la institucionalidad preservando la Constitución. Lo que deba ser modificado debe ser consensuado con cabeza fría y no por el ardor de las masas enfurecidas. Si el presidente propicia una guerra Ejecutivo-Legislativo, que no crea que las masas se cortarán las venas por él. El país acabará magullado. Los US$ 15,000 millones de inversiones mineras quedarían detenidos por el extremismo antiminero que se fortalecerá con el caos provocado por el mismo presidente.

Vizcarra y su círculo íntimo deben saber que una mayoría silenciosa no participa del ruido político. Está hastiada tanto de la corrupción generalizada como de los oportunistas que se aprovechan con “soluciones mágicas”, como el referéndum.