Berit Knudsen

Realidad sensible

No hay nada en la mente que antes no haya estado en los sentidos

Realidad sensible
Berit Knudsen
08 de septiembre del 2022


Nadie escarmienta en cabeza ajena. Una frase tan dramática como real; basta mirar la experiencia de Latinoamérica para constatarlo, porque se siguen sumando uno a uno más países de nuestra región a esta agenda nefasta del Socialismo del Siglo XXI, castrochavismo o como prefieran llamarlo. Es necesario aproximarse al análisis de esta realidad, desde sus profundas raíces y tal vez podamos encontrar alguna “Vía de solución”.

En una conferencia sobre “Libertad y democracia en Latinoamérica”, numerosos expositores presentaron el análisis de la coyuntura y los problemas en la región. Una especie de diagnóstico a partir de los síntomas recurrentes e importantes, por cierto, para entender las constantes de este mal que se manifiesta como la “plaga del siglo XXI”; pero con pocas propuestas de acciones conjuntas. Entre los distintos enfoques resultó interesante el de un artista y director de cine que muestra una visión “sensible al problema”, buscando denominadores comunes.

Los seres humanos, crean códigos para transmitir ideas y sentimientos, en base a signos que aparecen en el lenguaje. Pero otra forma de comunicar la visión del mundo son las expresiones artísticas como representación; no son la realidad misma, sino una interpretación que comunica sentimientos –alegrías, angustias, esperanzas y sueños– sobre la realidad a partir de lo sensible.

La obra que vemos en la imagen que encabeza esta columna, nos guste o no desde el punto de vista estético, expresa las sensaciones del autor: “refleja desde el vacío maternal, globos con la forma de Lima, y adentro, otro globo con el aspecto del Perú, que está listo para inflarse en algún momento de su vida”. Interesante analogía de libre interpretación.

El artista enuncia sus propias motivaciones: “Acá nada es accidental, adentro del globo hay otro globo. No hay nada fortuito, ya que cada uno decide si se quiere llevar el globo o no; pero también decide qué hacer si se lo lleva: dejarlo en tu casa y mirarlo en tus ratos libres como a una orquídea que está a punto de marchitarse esperando que se desinfle sin pena ni drama; o puedes tomar el destino en tus manos con un objeto afilado, reventar el globo y sacar al Perú de adentro”. Luego aparecen nuevas opciones: “mantener el globo intacto sin inflar, guardándolo en una caja para futuras generaciones, conservándolo como un recordatorio (de lo que es el Perú) o ponerlo en tu boca para llenarlo de tus aspiraciones y volver a ilusionarte; pero los resultados no están garantizados y no sabemos bien si el globo de adentro (el Perú) estará en buenas condiciones y logrará inflarse.” 

Lima sería esa madre que “se tragó al Perú impidiendo su crecimiento… por la forma en la que la capital se relaciona con el resto del país”. Igual que todo lo que está guardado, Lima no es capaz de ver las verdaderas dimensiones del Perú y entender su realidad. Las provincias, especialmente las más alejadas, sintiendo la brecha entre la capital y ellas mismas, no pueden llenar el vacío con sus aspiraciones para volver a ilusionarse.

En esta dinámica, el discurso de la oposición evidencia la ausencia de ingredientes que nos permitan entender la problemática nacional. Esta es la lucha de una oposición contra peligros inherentes de un desgobierno con componentes como incompetencia, falta de valores, ausencia de amor al Perú y una corrupción aparentemente desbordada. Pero seguimos luchando contra las consecuencias, sin entender las causas y sus raíces. No se avizoran propuestas para resolver los problemas estructurales, ya que todos estamos inmersos en el discurso sobre una coyuntura atestada por distractores que niegan lo evidente. 

La educación ha otorgado gran importancia a la razón, al pensamiento lógico, pero deja de lado otras formas de aprendizaje primario: la vivencial, sensible e intuitiva. El verdadero Perú, tan grande como las brechas políticas, económicas y sociales; distinto en cada región, más allá de la mixtura cultural que no termina de mezclarse, con formas distintas de ver y sentir los problemas, zonas que aun hoy siguen sin aprehender el pensamiento occidental; dan forma a esas barreras que nos impiden ver y sentir la realidad.

Es urgente Interpretar el pasado, desde una perspectiva sensible, entender verdaderamente el presente, para poder trazar el rumbo futuro. Crear una voluntad colectiva que esté dispuesta a lanzar propuestas para construir un mañana posible, con ilusión. Se necesitan mentes capaces de concebir al Perú a partir de un pensamiento sensible. Así, tal vez lograremos una coalición nacional y latinoamericana, donde nuestros triunfos serán compartidos.

Berit Knudsen
08 de septiembre del 2022

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