Jorge Varela
Pugnas políticas en el horizonte sur
Para Chile 2025 es un año de definiciones y jugadas
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Incertidumbre es el concepto que mejor describe la realidad política chilena, en un año marcado por comicios destinados a elegir Presidente de la República y nuevos miembros del Poder Legislativo. Después de la deplorable reforma electoral elaborada durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet (publicada en abril de 2015), que indujo a sabiendas la proliferación de pequeños partidos carentes de fortaleza ideológica y peso programático, -útiles para cubrir los intereses personales de sus dirigentes-, el país ha padecido una grave parálisis en materia de acuerdos institucionales necesarios para avanzar hacia una sociedad impulsora del desarrollo en un clima social confiable, tranquilo, seguro y beneficioso para todos.
La derecha encabeza la carrera
Las encuestas favorecen hasta el momento a la candidata de Chile Vamos Evelyn Matthei -representante de una coalición de derecha tradicional- opositora al gobierno de Gabriel Boric. Le siguen el diputado Johannes Kaiser y Miguel Kast –líder del Partido Republicano–, ambos pertenecientes al sector de una derecha más pura y acerada. Es interesante registrar que estos tres postulantes con apellidos de origen germánico, se encuentran en posiciones de avanzada a más de cinco años de la revuelta de octubre de 2019 y del intento izquierdista antidemocrático de derrocar al presidente de la época Sebastián Piñera y poner fin al Estado de derecho mediante la violencia.
No obstante, la carrera no está corrida. Faltan nueve meses para la elección que tendrá lugar el 16 de noviembre. Si ninguna candidatura a presidente lograre mayoría absoluta, el 14 de diciembre se efectuará la segunda vuelta definitoria entre quienes obtengan mayor votación.
La izquierda oficialista a la espera
En los sectores de izquierda se anticipa una pugna sórdida entre el Frente Amplio (FA), el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista (PC), pilares básicos del oficialismo. ¿Qué ocurrirá con los demás partidos y grupos de centro-izquierda que han orbitado alrededor del poder oficial?, como el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Radical (PR), el Demócrata Cristiano (PDC) y otros satélites de menor tamaño (Acción Humanista, Frente Regionalista Verde Social), etc.
Si algo compartirán la oposición y el oficialismo gobernante durante el curso de los próximos meses es un camino similar de definiciones estratégicas y tácticas, el diseño de proyectos programáticos y la eventualidad de elecciones primarias para designar a sus respectivos abanderados (29 de junio).
Una figura al acecho
En los camarines situados a la izquierda del campo político se especula que podría surgir una figura del pasado que uniría a todo el equipo, hoy sin liderazgos importantes. Se trata de una ex-Presidente cuyo mensaje ideológico muestra un desgaste evidente; incluso ella ya no está en condiciones de correr con aquel ritmo que exhibiera para encontrarse con Fidel Castro ese memorable día 12 de febrero de 2009. ¡Qué tiempos! ¿Volverán de nuevo sus amigas a reinar, como golondrinas encantadoras?
La izquierda está deteriorada y ha perdido arraigo en vastos sectores populares debido a casos de corrupción escandalosa, a la carencia de atributos para gobernar de modo eficaz, a la inseguridad que golpea hora a hora a miles de ciudadanos humildes, a la soberbia de personeros que están convencidos que el país les necesita y que sin ellos no habrá progreso, ni futuro de verdad. Los hechos muestran una administración desastrosa en materia de crecimiento económico y un nítido retroceso en el ámbito del desarrollo social. La salud, la vivienda, la educación, exhiben datos y cifras desalentadoras.
En las conversaciones y diálogos sinceros que se producen en numerosos hogares, oficinas, talleres, establecimientos, instituciones, actividades y espacios de diversa naturaleza, la desilusión y el desencanto son palabras suaves -de buena educación- que permiten esconder otras de carácter obsceno compulsivo emitidas en momentos de desesperación y enojo social.
La jugada de algunos jerarcas
¿Cuál es la solución que se urde en la mente de algunos próceres y jerarcas rojos?, para evadir tanto descontento. ¿Retroceder en el tiempo, abrir el cajón del escritorio viejo y desvencijado, buscar los naipes y sacar la carta repetida de doña Michelle?, madre, hermana, tía y abuela de tantos y tantas que han conformado y conforman esa revoltura viscosa que identifica al autodenominado ´progresismo’ de izquierda. ¡Qué fatalidad!: de retroceso mucho, de progreso poco.
La irrupción de Michelle Bachelet alterará el cuadro político-electoral y remecerá a la izquierda oficialista. Para el Frente Amplio será un golpe al ego de sus efebos, para el Partido Socialista la oportunidad de recomponerse; para el Partido por la Democracia un portazo a Carolina Tohá, su figura principal; para el Partido Comunista más caldillo de congrio y acceso fácil al aparato burocrático. Y ¿para la Democracia Cristiana?: ¿qué le hará el agua roji-negra estancada a sus dirigentes, si ya se acostumbraron a bañarse en ella?
Doña Michelle en un último artículo –documento citado por su fiel escudero Camilo Escalona, secretario general del PS, utiliza tres conceptos(*): “unidad, progresismo y propuestas” (“Primero ideas y unidad”, artículo en El País, 26 de enero de 2025).
Se trata de un documento que debiera ponderarse. Para las derechas desunidas podría ser un factor energético aglutinante, casi milagroso, incluso definitorio. Para los ciudadanos que trabajan y han perdido la confianza es como ver una película de suspenso, de esas en las que al final sucumben los pobres, los buenos y los ingenuos.
* Cuatro veces es utilizado el término “propuestas”, más 2 conjugaciones del verbo “proponer”; 7 veces aparece la expresión “progresismo”, una vez la palabra “progresista”; 7 veces la expresión “unidad” y 3 la palabra “unidos”.
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