Antero Flores-Araoz
Por una nariz
¿Abandonó el cargo la presidente Boluarte para hacerse una cirugía estética?
A veces pienso que somos un país de opereta, en el que las cosas adjetivas tienen más importancia que las sustantivas. Y en el que las malas noticias cubren todos los noticieros radiales y televisivos y consumen el mayor número de páginas en los medios escritos.
Pero no solo ello, los temas baladí parecería que fuesen más significativos que el aumento del crimen organizado, la necesidad de mayor presencia policial, o lo que debe hacerse para tratar de cubrir el presupuesto público del 2025, con esfuerzos para una mayor recaudación. O la necesidad de que el novísimo puerto de Chancay tenga mejores accesos carreteros.
Pues no, señor, es más importante la ñata presidencial; o sea, la nariz de la señora presidenta de la República. Unos y otros, tanto fuera como dentro del Parlamento, al igual que en las cabinas de transmisión de radios y televisoras, hablan, critican y se pelean por la controversial y ya famosa ñata a nivel mundial.
Le achacan a la señora presidenta que le hicieron una operación quirúrgica en su presidencial nariz a finales de junio del 2023. Unos insistiendo en que fue una operación necesaria para facilitar la respiración, aunque otros dispuestos a jurar por los Santos Evangelios que la cirugía fue plástica, pues la primerísima dama quería verse mejor, a lo que evidentemente tiene todo el derecho.
Más allá del chisme, algunos ociosos y ociosas que parecerían no tener otras cosas que hacer, vienen acusando a la señora presidenta, de haber abandonado las funciones y obligaciones de su altísimo cargo el día de la operación quirúrgica y los días posteriores de rehabilitación y convalecencia. Le achacan también no haber pedido permiso al Congreso y que ello es una falta gravísima. En el Congreso reúnen firmas para presentar una moción de vacancia presidencial y en el Ministerio Público la Fiscal de la Nación ordena investigar dicha gravísima situación, como si es que no hubiera realmente casos importantes que merezcan su atención.
Si solo hubiesen revisado la gaceta de normas legales del diario oficial El Peruano, hubieran advertido que la señora presidenta estuvo activa el 29 de junio del 2023, tanto es así que promulgó y publicó las leyes números 31808, 31809 y 31810. El 30 de junio fue el D.S. 144-2023-EF. El 05 de julio las leyes 31814 y 31815 más dos decretos supremos y 10 resoluciones supremas. El 06 de julio la ley 31816 y tres decretos supremos. El 07 de julio las leyes 31818, 31819, 31820 y 32821 más un decreto supremo. El 08 de julio dos decretos supremos y tres resoluciones supremas y, otra más de estas últimas el 09 de julio del mismo año.
Con el criterio de los denunciantes, bien podrían también denunciar que la señora presidenta duerme todas las noches, pues hay más horas de sueño de las que pudo estar anestesiada por su operación.
Olvidan también los denunciantes que quienes ejercen la presidencia de la República y sus ministros, en la práctica no tienen ni domingos ni feriados para disfrutar y, que eso de las 48 horas semanales como máximo de labores, es para los demás pues ellos por lo general laboran muchísimo más que tal límite legal. El mes de vacaciones anuales tampoco existe para la presidenta y sus ministros, pese a que los derechos laborales son irrenunciables.
En síntesis, mucho ruido y pocas nueces, pero mucho ánimo de complicar las cosas y crear una tempestad en un vaso de agua. Como corolario si podríamos decir que, a las famosas narices Hedy Lamarr, Claudia Schiffer, la princesa Kate Middleton y de algunos reconocidos boxeadores y automovilistas, hoy tenemos a una peruana en el grupo, como es Dina Boluarte, que tuvo todo el derecho de haberse hecho una rinoplastia, sea por necesidad de salud, sea por simple deseo de verse mejor.
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