Giancarlo Peralta
Petroperú o la alimentación de los niños
Empresa petrolera estatal se ha convertido en una hemorragia de recursos fiscales
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Alejandro Narváez, presidente de Petroperú, dijo recientemente en conferencia de prensa que, al cierre del 2024, las pérdidas de esa empresa fueron solo de US$ 805 millones ,y no como fueron inicialmente estimadas de US$ 1,030 millones. Casi con orgullo comunicó a quienes pagan impuestos que estábamos perdiendo menos; acto seguido añadió que no descarta apelar a las arcas fiscales…siempre que el déficit en la petrolera continúe y así lo requiera. Finalmente concluyó que “pondrá el mayor esfuerzo para no hacerlo".
Bueno, hace décadas que sucesivos gobiernos vienen ofreciendo la reactivación de Petroperú, que se necesitaba financiar la construcción de una refinería de última generación para que la empresa empiece a incrementar sus ingresos y pasar de generar pérdidas a ganancias. Lo cierto es que, bajo el argumento de “industria estratégica”, los sucesivos “aportes de rescate” provenientes del fisco a favor de esta empresa estatal le viene costando a todos los peruanos algo más de US$10,000 millones.
Por otro lado, el Ministerio de Educación está inaugurando las nuevas sedes de los colegios de alto rendimiento, conocidos como COAR, destinando para cada uno de ellos la suma aproximada de US$ 30 millones. Si en lugar de financiar el déficit de Petroperú el 2024, esos US$ 805 millones perdidos del erario nacional se hubiesen destinado a la construcción de más escuelas para los jóvenes más talentosos del país, en la actualidad el país dispondría de 27 instituciones educativas con instalaciones de primer nivel.
O, también se hubiese podido financiar la instalación de servicios de saneamiento (agua y alcantarillado) a más de 800 instituciones educativas del sector público sólo en un año. Un cálculo similar podría hacerse si esos fondos hubiesen sido destinados a la implementación del primer nivel de atención para la salud, es decir, las postas médicas.
Otra opción podría ser que dichos fondos se destinen directamente a las madres de familia de los sectores más vulnerables para que accedan al apoyo del estado en función al número de hijos y siempre que cumplan con las indicaciones de alimentación adecuada, asistencia a los centros de salud pública para sus menores sean vacunados y atendidos periódicamente, al menos durante la primera infancia. De esta manera, el estado sólo tendría que proporcionarles a las madres de familia un DNI electrónico que también cumpla funciones de tarjeta de crédito, gracias al depósito que podría realizarse de manera virtual desde el despacho del Ministerio de Economía y Finanzas.
El país contaría con un sistema de asistencia social para los menos favorecidos más eficiente. Se reduciría el riesgo de corrupción e intoxicación de los menores, desactivándose “programas” como Qaly Warma. Si los US$ 805 millones perdidos por Petroperú en el 2024 se hubiesen distribuido a razón de S/600 mensuales para cada familia vulnerable, se habría beneficiado a más de 410,000 familias (cada una con un promedio de 5 miembros), con lo que se habría superado los niveles de desnutrición de más de dos millones de compatriotas.
Petroperú representa una hemorragia de recursos fiscales. Y también es el símbolo de la indolencia política y la ineficiencia de quienes la conducen.
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