Berit Knudsen
Peligrosa injerencia rusa en Venezuela
El Kremlin ha enviado a 2,793 mercenarios en apoyo al régimen de Maduro
La crisis en Venezuela se agrava con la intervención de Rusia declarando ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que hará "todo lo que sea necesario" para apoyar a Nicolás Maduro. Moscú, aliado del régimen venezolano, interviene económica y diplomáticamente, pero también con mercenarios del Grupo Wagner y agentes de represión, haciendo peligrar la estabilidad en América.
William Cárdenas, abogado acreditado ante la Corte Penal Internacional, denuncia que tras las controversias sobre la reelección de Maduro el Kremlin envió a 2,793 mercenarios del Grupo Wagner en apoyo al régimen, para reprimir a la oposición. La intervención rusa es parte de una estrategia más amplia de influencia en América, en apoyo a regímenes autoritarios.
Cárdenas ha presentado pruebas ante la Corte Penal Internacional, documentando la participación del Grupo Wagner. Estos mercenarios rusos han sido vistos actuando con las fuerzas de seguridad venezolanas, interviniendo en torturas y represión, intensificando la crisis frente a una población desarmada y vulnerable.
Marc Marginedas, corresponsal de guerra español secuestrado durante la guerra civil siria, vivió once años en Rusia y conoce cómo operan sus servicios secretos. Asegura que la presencia del Grupo Wagner en Venezuela sigue un patrón similar a otras zonas de conflicto, donde Rusia utiliza mercenarios y tácticas de guerra asimétrica para mantener a sus aliados en el poder.
Marginedas afirma que Rusia participa en operaciones de desinformación, manipulación de redes sociales y difusión de propaganda para debilitar a la oposición, consolidando el control del régimen. Polariza a la sociedad venezolana y sus esfuerzos por restaurar la democracia.
La intervención rusa en Venezuela representa una amenaza para la estabilidad y seguridad de toda la región. La colaboración entre Rusia y regímenes autoritarios en América muestra el uso de la fuerza y represión como herramientas de control político, replicada en países como Nicaragua y Cuba, donde la ausencia de libertades es la norma.
Marginedas subraya que la falta de acción firme por parte de anteriores administraciones estadounidenses ha permitido que Rusia consolide su presencia en Venezuela, exacerbando la crisis y haciendo difícil una solución pacífica. Advierte que subestimar el peligro ruso en América es un error que tendrá graves consecuencias.
El apoyo ruso no es reciente, en las cuestionadas elecciones de 2019, el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, reveló que Maduro estaba listo para salir del poder, pero fue disuadido por una llamada de Putin, demostrando la influencia rusa.
En una reciente declaración pública, Nicolás Maduro reconoce el apoyo de Rusia, afirmando haber recibido una llamada de Moscú donde Putín le expresa su apoyo como "gobierno legítimo y constitucional".
Marginedas, compara la crisis venezolana con Nicaragua en 2018, cuando identificaron francotiradores rusos en protestas contra el régimen de Ortega. Señala además que la expansión de la embajada rusa en México, con más diplomáticos que la de Estados Unidos, muestra las dimensiones de las operaciones rusas en territorio mexicano.
La situación venezolana es un alarmante ejemplo de injerencia extranjera, especialmente rusa, agravando la crisis política y social. Las denuncias de William Cárdenas y Marc Marginedas exponen la urgencia de respuestas internacionales para enfrentar estas amenazas. Ignorar la presencia del Grupo Wagner, con fuerzas represivas como las Avispas Negras cubanas, tiene graves repercusiones para la democracia no solo venezolana, sino para toda América, Es importante un nuevo liderazgo en Estados Unidos entendiendo que la lucha no es ideológica, el enfrentamiento es entre dictaduras y democracia.
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