Juan Sheput

Negándose a ver la realidad

El 6% de aprobación del Congreso y del 88% de rechazo al Gobierno

Negándose a ver la realidad
Juan Sheput
10 de marzo del 2023


Asistí, hace muchos años, a un seminario de comportamiento político y social en la Universidad Externado de Colombia. Mi interés se debió a que leí, en el folleto de invitación, que el seminario profundizaría en la respuesta de la sociedad a las decisiones y acciones políticas. Siendo yo un político, era fácil caer en la seducción. Asistí sin mayor duda y quedé tan satisfecho con el evento que aún, hasta por estos días, cada vez que quiero interpretar el porqué de algunos actos o eventos societales a determinadas situaciones políticas, acudo a mis anotaciones mentales para buscar alguna respuesta.

Una de las principales tiene que ver con la negación de la realidad. No aquella que busca entender lo que nos pasa y que ha constituido, a lo largo de la historia de la humanidad, en motor de nuestra inteligencia y estímulo de la creatividad. Me refiero específicamente al hecho de negarse a ver la realidad, pretendiendo ocultarla ignorando las evidencias y tratando de imponer nuestras intenciones por sobre la razón o racionalidad. Es una forma de actuar que pervierte el comportamiento humano a tal punto que, llevado al plano psicológico, es letal por las consecuencias que conlleva. Si no me cree piense en Adolfo Hitler finalizando la Segunda Guerra Mundial y en hasta dónde llevaron sus intenciones, por encima de las razones, a Alemania, todo por negarse a ver la realidad.

Una de las cosas que más recuerdo es que se asocia la negación de la realidad con la estupidez. Hay dos ejemplos que nos da la naturaleza y que sirven para graficar este estado. Uno lo brinda el avestruz, que se esconde de las amenazas del entorno escondiendo la cabeza dentro de un hoyo. El otro es el alce, magnífico animal de los bosques, que cuando ve en el horizonte la amenaza de los osos o lobos, simplemente se niega a verlos colocando la cabeza detrás de un árbol. El final, actuando así, siempre será trágico.

Algo similar sucede con el Gobierno de Dina Boluarte. Seguramente influenciada torpemente por su primer ministro Alberto Otárola, se niega a ver la realidad. El premier quiere imponer sus intenciones por encima de la racionalidad y pretende que el Gobierno permanezca hasta julio del 2026. No quieren ver la realidad del 6% de aprobación del Congreso y del 88% de rechazo al Gobierno. Tampoco quieren ver la realidad, que el parlamento está repleto de investigables por el sistema de justicia. No quieren ver que la inversión privada no solo está estancada sino que comienza a decrecer. No quieren ver que las revueltas y protestas se están incrementando. No quieren ver que el adelanto de elecciones es un clamor popular y que ello les quita legitimidad.

Tal vez la presidenta Dina Boluarte debería pedirles a sus asesores que le hagan un resumen sobre cómo terminan los gobiernos que se niegan a ver la realidad, y los compare con aquellos que, contrariamente, hacen política y diseñan salidas democráticas y pactadas. Esperemos que lo haga, antes de que sea demasiado tarde.

Juan Sheput
10 de marzo del 2023

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