Más que paisajes peruanos

Es importante cuando un partido liberal cala en el Perú andino. Libertad Popular (dirigido por Rafael Belaunde Llosa) lo viene haciendo exitosamente desde hace tiempo. Hace dos días firmó un acuerdo por el que el Movimiento Agua, de Ayacucho, se incorpora. La más importante fuerza política de esta región, Agua, con alcaldes y consejeros, y que quedó en segundo lugar en las elecciones regionales se avizora como una fuerza ganadora.

Los recorridos por el sur y centro andino han fructificado. Y sirva el testimonio de primera mano porque lo que ha existido por años es una mirada indolente de la capital al Ande. El símbolo de Libertad Popular es el cóndor, que tiene una gran significación andina, ese cóndor “que en las cumbres de los Andes reina, se eleva majestuoso, encrespando el viento con su vuelo audaz”, decía Manuel González Prada. De lo que se trata es de llevarle a la gente más pobre del Perú propuestas reales, técnicas y concretas de desarrollo, y que han sido elaboradas antes de pensar en participar en política. Porque de lo que se trata es de gestar un desarrollo de alcance nacional y entender que todos somos uno y que se puede hacer mucho más desde la comprensión que desde el recelo, ese recelo que los partidos marxistas buscan sembrar para cosechar. 

El problema del socialismo marxista es que ve el poder como un trofeo que debe quedar en sus manos para siempre, pero los pobres no les interesa. A más pobreza más socialismo; por eso prefieren la pobreza. El marxismo cosecha desde el odio. Mientras tanto la derecha capitalina conservadora solo ve el cálculo, pero he escuchado a muchos de sus líderes expresar su desprecio por el hombre andino, que es el heredero de una civilización inmensa, esa que Garcilaso trató de retratar en Europa. El Perú es grande y sus regiones con sus gentes son una maravilla relumbrante. 

Puno es la perla del emprendimiento. Tiene un enorme potencial de riqueza. Arequipa es majestuosa y promete un gran desarrollo. La belleza ayacuchana es incomparable con relación al mundo y brillará aún más. Y si sirve mencionar el potencial de sus hombres y mujeres tanto como sus tierras, nos quedamos cortos: Amazonas, Ancash, Apurímac, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Loreto, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, San Martín, Tacna, Tumbes, Ucayali.

¿Por qué la izquierda solo ve sus intereses políticos y la derecha conservadora no sabe de los problemas regionales o les espeta a los andinos una injuria cuando puede? Hay varios políticos que asumen que el trajín andino de un partido liberal pasa por alto que votaron por Pedro Castillo, pero la pregunta es: ¿Por qué votaron por Castillo y podrían votar por Puka Bellido o Antauro Humala? Porque nunca Lima estuvo allí realmente o porque los que miran por encima del hombro al Ande no comprenden que a más de 4,000 m.s.n.m. no hay hospitales o postas que sirvan, no hay escuelas, no hay comida, y creen que interesarse en ellos sería ser de izquierda. Luego no se quejen de que quien gana es un Castillo o un Puka. El político tradicional no sabe del problema del gas en las regiones altas. ¿Cómo no ver que los ductos de gas pasan hacia el norte costero por regiones afectadas por el friaje, cuyas casas gélidas y la ausencia de servicios de salud solo abultan la estadística de muerte infantil?

El Perú somos todos y hace falta una gran hermandad. Es notorio en la historia que existió marginación y abusos, lo recorre en una clara línea Alberto Flores Galindo cuando nos descubre la expoliación y la opresión del indio durante la llamada “República aistocrática”. Negar la marginación no es colaborar a la construcción de la Nación peruana, que no es patrimonio del marxismo.

Que el curso de la política no destruya lo que nos fue y nos es sagrado. Puno es el Perú, como lo es Ayacucho, Cajamarca, Junín, etc. Ellos producen la riqueza y tienen el derecho de gozarla.